u & i; we are going to die. ⸻ Anakin Skywalker

𝐭𝐡𝐫𝐞𝐞. 𝐩𝐚𝐬𝐭

[...]

Había descubierto el nombre del planeta después de que Obi-Wan nos lo hiciera saber al siguiente día.

Tatooine.

Recuerdo que era un planeta desértico, el planeta era oprimido por los soles abrasadores, lo que provocó que el mundo careciera de las aguas, disminuyendo gráficamente su población.

A la mañana siguiente, el sol implacable de Tatooine golpeaba como un martillo mientras explorábamos los restos de la antigua vivienda de Anakin, desde que amaneció se estableció la misión de buscar herramientas específicas y a lo que tenía entendido las encontraríamos allí. Cada paso que dábamos parecía hundirnos más en el pasado oscuro de este lugar.

Anakin, con su rostro tallado por años de lucha, parecía distante. Había cierta amargura en su voz cuando le hacía alguna pregunta respecto al planeta, era curiosa y más aún cuando nunca había viajado a otro planeta en mi vida, debo de decir que me sentía libre.

Mientras caminaba a su lado, recordé cómo solía sentirme atrapada en mi propio mundo. Vivir sola en un departamento sin convivencia había sido mi versión de prisión, una soledad que me consumía. Pero esta experiencia en Tatooine, en medio del calor abrasador y los restos de un pasado doloroso, me hacía darme cuenta de que todos teníamos nuestras propias prisiones internas.

Anakin rompió el silencio con una confesión que resonó en mi corazón.

— Solía ser un esclavo aquí, junto a mi madre. Aprendí a sobrevivir en estas condiciones, pero también perdí mucho.

Sus palabras resonaron en el aire árido, y sentí la pesadez de su historia. Pero antes de que pudiera responder con empatía, un descubrimiento inesperado nos interrumpió una vez dentro de la vivienda. Un diario antiguo, perteneciente a la madre de Anakin, apareció entre los escombros.

Mientras Anakin hojeaba las páginas amarillentas, sus ojos mostraron una tormenta de emociones. Las palabras escritas por su madre lo llevaron de regreso a su infancia y a momentos compartidos con ella. Era como si pudiera ver a la madre de Anakin a través de sus recuerdos.

El conflicto interno en Anakin era palpable. A pesar de mis diferencias con él, sentí la necesidad de ofrecerle un apoyo sincero.

— A veces, enfrentar nuestro pasado es la única manera de seguir adelante —dije con cuidado, buscando establecer un puente de comprensión.

Anakin me miró intensamente, sus ojos azules reflejaban una mezcla de emociones que no podía descifrar por completo. Pero antes de que pudiera profundizar en nuestra conversación, él cerró el diario con determinación y lo guardó.

— Mi pasado es mi carga —dijo con firmeza—. No necesito que nadie lo comparta conmigo.

Sus palabras marcaron un límite claro, y comprendí que había temas en su vida que prefería no discutir. Aunque mi instinto era empatizar, respeté su deseo de mantener su pasado en privado.

Mientras el sol se ponía sobre Tatooine, Anakin y yo compartimos silenciosamente nuestros propios demonios internos. Mi mente divagó hacia mi vida actual, la de una reina, una vida llena de expectativas y deberes.

— También entiendo lo que es sentirse prisionera —mencioné, tomando un respiro profundo antes de compartir mi propia historia—. Viví sola en un cuarto de cuatro paredes, sin convivencia, atrapada en mi propia soledad.

La expresión de Anakin cambió ligeramente, como si mi confesión lo hubiera sorprendido. Sus ojos se encontraron con los míos, y en ese momento, sentí que algo se rompía en la muralla que había construido alrededor de sí mismo.