Capítulo 5- Estábamos hechos el uno para el otro

66 6 0
                                    

-Marta despierta -gruñí- ¡despierta! ¡vamos a llegar tarde! -gritó Cristina.

-¡YA VOY! -grité saltando de la cama- no me había enterado del despertador- bufé y fui al armario para ponerme el dichoso uniforme. Os juro que no podía ser más feo,jersey rojo con la insignia del internado en verde,falda negra, medias y zapatos. ¿Quién ha elegido este uniforme tan cutre? Dudo que Meli lo haya elegido,ella no tiene tan mal gusto.

-Parezco una niña de cinco años- suspiré- no me acordaba del dichoso uniforme.

-Vamos Marta -me animó Cristina- no está tan mal -rió- te queda bien y todo.-dijo y la miré mal.

-A mí todo me queda bien -dije con aires de superioridad y Cristina rió- pero esto es horroroso.

-Coge tu mochila y vámonos a desayunar,que llegamos tarde.

-Yo la cojo después- bufé- me da perreria llevarla ahora.

-Luego tienes que subir y vamos a llegar tarde -rodó los ojos- y encima en nuestro primer día.

-Da igual -reí- si los profesores ya nos conocen.

(...)
-¿Dónde nos sentamos? -dije entrando por la puerta del comedor.

-Me da igual -dijo Dani- tengo hambre y sólo quiero desayunar -reí- vamos a sentarnos con Alan y Sergio,que más da -dijo y asentí.

-Pero como venga Brenda me voy -suspiré- es una pesada -bufé- no sé como decirle que no la tocaría ni con un palo -reímos mientras dejábamos nuestras bandejas en la mesa.

-¿Y esa cara? -preguntó Alan a Dani cuando nos sentamos.

-No he dormido bien...-suspiró.

-Mal de amores...-dijo Víctor, otro amigo de Alan y Sergio.

(...)
-¿Quién está bajando por el ascensor? ¡Tengo hambre! -gritó Marta.

-Yo voy a bajar por las escaleras -admití- esto no se mueve.-asintió.

-Esperemos que me toque contigo en la clase -dijo Marta y asentí- como me toque con Brenda este año va a ser divertido- reímos.

-Y si te toca conmigo más aún- dijo Dylan detrás nuestro.

-Si me toca contigo me llevaré cada día una bolsa para vomitar -reí- no podré aguantar las ganas de hacerlo cada mañana cuando te vea -Dylan rió.

-Pero si estás deseando que te toque conmigo -dijo agarrándola por la cintura. Ups,os podéis imaginar lo que ocurre cuando invaden el espacio de Marta- y hacer trabajos conmigo -le susurró.

-¿Sabes lo que quiero? -rió- ahora mismo quiero que quites tus sucias manos de mi cintura -dijo señalándola- o te juro que te vas a quedar sin día del padre -admitió- también quiero que seas mi sol -Dylan sonrió coqueto- para que estés a millones de kilómetros de mí- dijo y nos fuimos de allí.

-Ahora entiendo porque eres mi mejor amiga -reí- Dylan se ha quedado cortado.

-Se ve que su amiga de esta noche no le ha dado de lo suyo- reímos- y se ha levantado con el pie izquierdo -asentí- y con ganas de joder a los demás.-dijo y entramos al comedor.
Suspiré cuando vi que Brenda estaba muuuuy lejos de Jesús- lo suficiente para que ella no se le atire- y sonreí.

-¿Y las chicas? -pregunté curiosa.

-Se habrán ido ya -suspiré- hemos llegado muy tarde -asentí.

-¿Dónde nos sentamos? -pregunté cuando cogí mi desayuno- está todo lleno.

-¿Por qué todo el mundo llega pronto a desayunar? -dijo Marta furiosa y reí- sólo nos queda sentarnos en el suelo...-dijo agachándose para sentarse.

-¡Espera! -le grité- eso tiene más bacterias que Brenda -reímos- Sergio nos acaba de decir que vayamos -asintió- pero están Jesús y Dani.

-Me da igual -admitió Marta yendo hacia la mesa- tengo hambre y quiero comer en una mesa.

-Hola -dije nerviosa cuando llegué y vi que tenía que sentarme al lado de Jesús.

-¿Por qué habéis llegado tan tarde? -preguntó Alan.

-Me he levantado tarde -admitió Marta comiendo y asentí- parece mentira que no sepas que nunca llegamos pronto a desayunar.

-Pero ya no la voy a esperar más- admití- voy a bajar yo y la voy a dejar sola durmiendo en la habitación- reí- siempre llegamos tarde por su culpa -dije abriendo el sobre de colacao.

-Necesito dormir mis horas -dijo Marta y todos reímos- hay que aprovechar al máximo.

-Pues entonces ayúdale a Dani a dormir...-dijo Jesús y todos reímos menos Marta y Dani- no ha dormido naaaaada- dijo alargando la 'a'.

-Si te vienes a dormir conmigo seguro que duermo mejor -dijo Dani y Marta se sonrojó- o no,quizás no dormiríamos nada...-dijo Dani y todos reímos mientras que Marta le dio un golpe en el hombro.

-Ya te gustaría a ti tenerme a mí en tu cama -rió- sería un privilegio,Dani -dijo tocándole el hombro. ¿Cómo puede tener tanta confianza con él después de todo y seguir gastando bromas? nunca voy a entenderla.

-Voy a lavarme los dientes -admití levantándome de la mesa- Marta te espero arriba -asintió- pero si tardas mucho me voy sin ti -reí.

-Yo me voy también- admitió Jesús levantándose. Oh,espero que él suba por otro ascensor o que no suba o yo que sé, pero por favor,espero que no tengamos que ir juntos- tengo que coger mi mochila y lavarme los dientes.

Salimos del comedor,juntos- sí juntos,no salí corriendo sola ni nada por el estilo- bajo la atenta mirada de todo el internado,y cuando digo todo es todo,hasta Meli.
-¿Qué clase te toca a primera? -me preguntó Jesús rompiendo el silencio.

-Economía- bufé- y Marta no está- suspiré- ¿y a ti?

-¡También! -dijo emocionado- así podemos ir juntos- dijo y empecé a ponerme nerviosa. Esto no es bueno,cuando me pongo nerviosa me entran ganas de vomitar y me tiembla todo el cuerpo- ¿estás bien? -asentí.

-Sí, me habrá sentado mal el desayuno -mentí.

-Te conozco bien y sé que estás mintiendo -admitió Jesús- achinas los ojos cuando mientes -rió- pero si no me lo quieres contar no pasa nada.

-Es solo que...-dije nerviosa- ¿tienes la misma confianza que teníamos antes de venir aquí? -admití- ¿puedes hablar conmigo como si no hubiera pasado nada entre nosotros? a veces pienso que ya me has olvidado -suspiré- me hablas como si nos hubiéramos conocido hace poco y fuéramos amigos -bufé- y no quiero que no nos hablemos porque todo es pasado -negué- pero admiro tu capacidad de poder hablarme normal con todos los momentos que vivimos juntos y yo aún no he podido olvidar -rodé los ojos- pero bueno,al fin y al cabo son recuerdos.

-¿Sabes qué tengo ganas de hacer? -negué- tengo ganas de darte un beso -admitió- y no me voy a privar de hacerlo,¿sabes?- dijo e inmediatamente me besó y volví a sentir esas mariposas que sentí el primer día cuando lo vi,o cuando nuestro primer beso,o cuando me pidió salir en la noria. Desde hace mucho tiempo,volví a sentir que nuestros labios encajaban y estábamos hechos el uno para el otro.

Todo acaba por élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora