Capítulo 4- Yo también estoy aprendiendo

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-Este uniforme para el equipo es horroroso -bufé- no podemos ir de rosa y enseñando medio culo -rodé los ojos- es fútbol, no un puticlub.

Tú lo que no quieres es que Dani se fije en las demás chicas.

¿Ya has vuelto extraña voz? echaba de menos que estuvieras en mi cabeza diciendo lo que tú crees que pienso pero NO pienso. ¿QUÉ MÁS ME DA ESO, SI LUEGO LAS ANIMADORAS NO DEJAN NADA A LA IMAGINACIÓN?

Ves como has pensado en eso,eres tonta. Sabes que te quiere a ti y te preocupas por eso.

Dios. Ignoré esa repelente voz de mi cabeza y seguí centrada para elegir la vestimenta. Unos muy rosas,otros muy cortos,¿no había nada normal para un equipo femenino o qué?

-Meli -suspiré- todos son feos o chonis.

-¡Mira! -dijo alegrada- creo que he encontrado el perfecto para ti -dijo enseñándome la pantalla de su ordenador. Era perfecto,me lo pondría hasta para salir de cena,nah es broma, pero sí era el perfecto para jugar al fútbol. Era azul y violeta,ni muy largo ni muy corto,normal.

-Me encanta -asentí- ese es el elegido -reímos.

-¡Marta! -dijo Cristina gritando por detrás- ¿puedes venir? es urgente.-asentí y me despedí de Meli.

-¿Has venido corriendo? -reí- vas toda roja como si acabaras de jugar un partido de baloncesto -rodó los ojos- ¿qué pasa?

-Dani y Jesús están en nuestra habitación y no quieren salir- bufó- he probado a hacer de todo pero no hay manera.

-¿Cómo han entrado? -dije furiosa mientras que andaba más deprisa.

-A ver...no te enfades...-bufé- estábamos todos hablando con Yaiza y Julia,y luego ellas se han ido,pero ellos no. He intentado echarlos pero no había manera.

Llegamos a mi habitación y empujé la puerta ya que estaba abierta. Y ahí estaban. Dani en MI cama,oh no. Mi cama es lo más importante y no soporto que se tumben encima de ella y mucho menos que me la destrocen.

-¿Eres imbécil? -grité- sal de mi habitación- dije mirando a Dani- no toques mi cama.

-¿Y qué me harás si la toco? -dijo mientras que se movía sobre ella.

-No vuelvas a moverte -apreté los puños- o te juro que mi mano acabará estampada en tu cara.

-Que fuerte estás, ¿no? -rió- ¿tienes la regla o qué?

-Ahora vas a saber lo que tengo...-murmuré y me tiré encima de él a lo que Cristina me cogió corriendo pero no pudo hacer nada y caí sobre Dani. Por una vez en mucho tiempo volví a mirarle a los ojos. No sé por cuanto tiempo,pero sentí otra vez las puñeteras mariposas en mi estómago. Sentí que todo volvía a su lugar,y que mi vida no estaba tan desordenada como lo está ahora.

-Wow,si querías hacer esto solo podías habérmelo dicho y no formábamos este espectáculo- rió.

-Eres gilipollas -dije levantándome- ¡vete de mi habitación! -dije gritando y él negó.

-¡Dios! -grité- ¿no tienes cama o qué?

-Sí tengo -rió- pero me gusta más esta.

-¿Sí? -asintió y reí- me voy a la habitación de Dylan, recojo mis cosas y hasta que no te vayas no vuelvo a mi habitación- dije y se levantó corriendo.

-No no,ya me voy -reí.

-Venga,hasta luego- dije empujándolo hacia la puerta.

-¿Me dais palomitas? -preguntó Jesús- esto está interesante,es como ir al cine,lo único que me faltan son las palomitas- negué y reí.

-Tú a fuera también- dije empujándolo- ¡queremos intimidad! -grité y cerré la puerta.

-Al fin solas -suspiré y me senté en el suelo al lado de la puerta.

-¿Cómo sabías que se iría al decir eso?- preguntó Cristina.

-No lo sabía -negué- ha sido el primer nombre que se me ha ocurrido -rió- pero soy capaz de irme a dormir con Dylan si Dani sigue aquí.

(...)
-¿Podéis explicarme qué hace Brenda sentada en el regazo de Jesús? -dije cuando entré al comedor- ¿es su próxima victima o qué?

-Brenda es tan puta que se tiraría a su propio padre -dijo Marta y asentí- es como google,está abierta para todos -dijo y todas reímos.

-Y Jesús es taaaan tonto que ha caído en sus redes -dijo Julia y rodé los ojos.

-Pensaba que era más listo- suspiré- pero ya he visto que Jesús nunca va a cambiar -bufé- se ve que le va lo plástico.

-¿Tú no eres de plástico no? -preguntó Yaiza tocándome y reí- ¡no me toques tanto! -le di en el brazo y reímos.

-Le habrá enseñado la delantera -suspiró Marta- y sabéis que todos son iguales.

-Que se quede con Brenda -murmuré- si se quiere quedar con una buena fachada pero por dentro está hueca -rieron- ella es la elegida -reí.
Pasamos por su lado y sentía como la mirada de Jesús me atravesaba por la espalda. Creo que tiene rayos X, os lo juro.

-¿Qué hay hoy para comer? -pregunté cogiendo una bandeja.

-Albóndigas- bufé- por lo menos no están tan malas como las alubias- dijo Marta y asentí.
Me eché pocas albóndigas, creo que con esto de ver a Brenda en el regazo de Jesús me ha revuelto el estómago- no penséis mal,es porque me da asco ver esa escena,y pena por Jesús- cogí una manzana y me senté en la mesa más alejada posible.

-¿Qué pasa? -dijo Dani sentándose a mi lado.

-Nada, ¿por qué? -dije pinchando la albóndiga sin ganas.

-Porque estás rara...-negué- ¿Cristina sentándose sola? -reí- ¿eso es en un mundo opuesto o algo? y además, ¿en una mesa apartada?

-No tengo hambre -mentí- he desayunado mucho.

-Ja -rió- a mí no me engañas- bufé.

-No es agradable ver a la más prostituta de todo el instituto sentada en el regazo del chico por el que estás enamorada,¿sabes? -asintió- me siento como una mierda -murmuré- y como si todo lo que Jesús y yo vivimos no sirviera para nada -suspiré- como si lo hubiéramos tirado todo por la borda y fuera tiempo perdido.

-Te entiendo -bufó- a veces pienso que a Marta le gusta Dylan o algo.

-¡Pero si sólo llevas dos días aquí! -reí.

-¿Y qué? -rió- ayer preferiría irse a dormir con Dylan que quedarse conmigo- suspiró.

-Lo dijo de broma...-admití- no le cae bien Dylan,es el tipo mujeriego que le gustan todas -expliqué- más o menos como tú antes - reí- pero llegó Marta y te volvió a poner en tu sitio -reímos.

-Me gustaría poder volver a hablar con ella -admitió- no quiere ni verme.

-Le hiciste mucho daño...-asintió- no puede olvidarlo todo...además, ella vino aquí para intentar olvidarlo todo.

-¿Cómo pretende que olvide a alguien de la cual estoy enamorado? ¿Cómo quiere olvidarme de todos los momentos juntos? ¿Cómo quiere que me olvide de sus besos? ¿De sus caricias?

-No sé- admití- ¿sabes? yo también estoy aprendiendo a olvidar todo eso.

Todo acaba por élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora