Llevaba fácilmente media hora disociada de la realidad. No sabía en qué momento había accedido a quedarme con todos en el salón viendo el estúpido programa que le gustaba a Ally. Bueno, sí lo sabía, en el momento en el que Ellie me ha mirado con los ojos brillantes suplicando que me sentara a su lado con la única finalidad de utilizarme para hacerle caricias en el pelo.
Y, claro, no podía decirle que no. Eso sí, la mirada fulminante hacia Dylan al reírse por ello no había faltado.
Aunque un rato más tarde pude acomodarme sobre el hombro de Ellie para seguir sin prestar mucha atención a lo que ocurría en la televisión, todo mi entretenimiento consistía en sentir las yemas de los dedos de Ellie deslizarse por mi brazo. Tampoco tenía nada mejor que hacer que morirme de aburrimiento aquí, así que...
—Cariño, ¿quieres que nos apuntemos? —escuché proponer a Dylan.
—Te corto las pelotas, Dylan —declinó Ally, propinándole un codazo en las costillas.
—Yo creo que está todo pactado —opinó Zack, totalmente ajeno a la discusión.
—Seguro, no creo que les guste que todo el país les vea engañando a su pareja —secundé. De hecho, el comportamiento de algunos participantes era muy poco creíble.
Ally y Dylan hicieron un gesto de conformidad con nuestra afirmación, pero la posición de Ellie al respecto fue algo diferente.
—Yo pienso que no está pactado, de ahí la gracia. Por eso no puedes poner la mano en el fuego por nadie.
—¿Qué quieres decir? —Zack rompió el silencio que se había formado.
Yo, en cambio, no sabía muy bien cómo interpretar sus palabras.
—Que tú nunca puedes estar completamente seguro de cómo va a actuar la otra persona.
¿Qué?
Me aparté de ella de forma casi inconsciente. No pensé que lo que estaba diciendo me fuese a afectar tanto hasta que comencé a sentir una ligera presión en la zona del pecho.
—A ver si lo estoy entendiendo, lo que dices es que no confías en mí.
—Yo no he dicho eso —respondió de forma apresurada.
—Yo creo que sí lo has dicho.
—No, lo que quiero decir es que hay que tener en cuenta que no puedes tener confianza ciega en nadie porque luego pasan esas cosas.
No sabía si con eso pretendía arreglar el comentario anterior, pero lo que había hecho era empeorar aún más la situación.
—Muy bien, todo clarísimo.
Mientras caminaba directa a mi habitación intenté controlar la respiración para que ésta no se agitase como reflejo del enfado, aunque no lo conseguí. Me sentía demasiado dolida, frustrada e impotente.
Pensaba que todo estaba yendo bien. Pensaba que Ellie se sentía igual que yo cuando estaba con ella, pero aparentemente hemos estado viviendo la relación de distinta manera. Estaba tan cabreada ahora mismo que lo último que me apetecía en este momento era verla.
Vale, retiro lo dicho. Quería verla para que me explique por qué demonios pensaba así. ¿Había hecho yo algo y no me he dado cuenta?
—Tenemos que hablar.
Fue escuchar su voz a mi espalda y que volvieran mis ganas de no querer verla.
—¿Qué quieres que hablemos? ¿Que mi novia no confía en mí? Me ha quedado muy claro.
ESTÁS LEYENDO
Inmarescible
RomanceHistoria de Inevitable narrada desde el punto de vista de Rach. (NO es la segunda parte) Rach siempre había sido una chica libre, segura de sí misma y de lo que quería. Odiaba las ataduras y todo lo que el término "pareja" conllevaba, hasta que un...