Capitulo 1

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Parte 1

-durmiendo y en horario de trabajo, no debiste trasnochar ayer-

-tenía que hacer papeleo sobre los pacientes, Rosmeri- dijo Sara mientras estiraba los brazos y ahogaba un bostezo.

Sara Rielch es una apasionada por su trabajo, suele trabajar incluso en sus horas de descanso, analizando las actitudes de sus pacientes en cada cita que tiene con ellos, ya sea para dar un posible diagnóstico, o solo para seguir con los tratamientos de estos que ya tienen. ella nunca pensó que después de todo lo que sufrió, sería una de las mejores en lo que hace, tampoco pensó que lo disfrutaría tanto, pero como en cada historia y en cualquier parte del mundo, había quienes la envidiaban y hacían cosas a sus espaldas para que ella no llegara al éxito total. Sara estaba acostumbrada a ello, también al acoso y a las burlas, siempre fue así para ella.

-¿y tu no deberías estar atendiendo a la joven Agni? se suponía que hoy venía a las diez y media y ya son cinco para las once ¿no deberías ir a ver si ya llego a tu consulta? ¿o tendré que atenderla yo porque de seguro tú quieres tu café expreso matutino? - decía la joven psicóloga mientras se refregaba los ojos con las palmas de las manos, aun somnolienta por la abrupta interrupción de su sueño por parte de su compañera más entrada en edad y con más trayectoria como psicóloga, pero menos preferida por parte de los pacientes.

-exactamente querida- dijo con sorna -no hay nada más esencial en mi día a día como mi expreso el cual acompañare con un croissant relleno de dulce de leche, ya que dejé la dieta por unos días- la miro de soslayo - ¿tú quieres algo de la cafetería? yo invito, pero no seas muy exigente, mira que no cargo con mucho efectivo-

Sara pensó ¿para qué carajos ofreces algo si no tienes suficiente dinero? luego solo se andará quejando a mis espaldas que abuso de su buena voluntad y que terminare dejándola en bancarrota.

-No gracias querida, a y por favor, si ves a la joven Agni, hazla pasar a mi consulta para poder atenderla lo más pronto posible, no quiero que la pobre siga esperando por ser atendida- sonrió y entrecerró un poco los ojos con un tanto de exageración, insinuando a Rosmeri que no hacía del todo bien su trabajo, la cual solo respondió con un gesto de cara, al hacerlo hizo que se les notaran las arrugas a los costados de los ojos y en la comisura de los labios.

ese día Sara se había levantado con mucha pereza a causa de la falta de sueño, ya que llevaba varios días seguidos revisando una y otra y otra vez los apuntes que tomo de sus pacientes, más los pacientes de su colega, la cual los atendía cuando le daba la gana, pero si no, los derivaba con ella, aunque para ella no era un problema atenderlos y revisar sus casos, pero quisiera o no, trabajar tanto le pasaba la cuenta, es humana ¿a quién no le pasaría la cuenta vivir para trabajar? se supone que es al revés, trabajar para vivir, ¿no? pero ella lo hace al revés, ya que no tiene nada más en el mundo que su trabajo y a su fiel compañero Spark, un gato de apenas dos años, de un gris intenso que a veces adopta una forma con un color medio azulado muy bello.

la chica iba caminando el día en que la aceptaron en el hospital para poder ejercer lo que estudio por cinco largos años, en los cuales dio su mejor esfuerzo, debido a esto logro con mucha satisfacción salir con honores. ese día al pasar por un callejón desconocido, sintió un leve maullido casi imperceptible, por más que buscaba con la mirada no hallaba nada, hasta que se le ocurrió mirar al interior del contenedor de basura que había allí, y ahí estaba el, todo sucio y hambriento, triste solo y desamparado, Sara no lo pensó dos veces y sin asco o temor a quedar sucia, lo tomo en brazos y lo llevo consigo a su casa, allí lo alimentó y lo baño, dándole abrigo y cobijo al pequeño ser, el cual sería un feliz y hermoso felino al crecer.

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