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—Jamás había visto esto.
Las dos jovenes se encontraban sentadas afuera del camarote observando el mapa de la Gran Ruta, o mejor dicho, Nami estudiaba el mapa, mientras que Malia la escuchaba atentamente y la miraba asombrada. Nami en serio era una gran navegante, era muchísimo mejor que uchos piratas que se jactaba de ser los mejores exploradores marítimos del oceano y terminaban siendo un fiasco. Cualquier pirata con una gran tripulación la quería en sus filas, por eso creía que era extraño que no perteneciera a una, no mentía cuando decia que creía que muchos se pelearian por ella. Pero cada uno tenia su propia historia y seguro había una razón por la cual, Nami decía constantemente que odiaba a los piratas.
—¡Nami!, ¡Malia! —Gritó Luffy llamando la atención de las dos chicas, mientras arrastraba una tela negra.
—¿Que quieres? —Contesto de mala manera, la pelinaranja.
—¡Esta lista! —Indicó el chico, mostrando una bandera pirata con una calavera alo extraña, que llevaba un sombrero de paja.
Nami y Malia intercambiaron una mirada rápida, las dos sin decir ninguna palabra, ya se habían dicho todo. Podríamos decir que si usaban esa bandera, se volverían el hazme reír de todo el océano. Se supone que las banderas debían ser aterradoras, intimidantes y llevaba algo que tenía que ver con la tripulación, y digamos que la bandera de Luffy era algo cómica.
—¿Y eso qué o que? —Replicó Nami.
—Nuestra bandera pirata —Dijo el pelinegro, cómo si fuera lo más obvio del mundo. —Todas las tripulaciones piratas tienen una, esta es la nuestra.
—No nos digas así y no cuelges eso en mi bote —Rechisto la mujer, recibiendo un codazo de la castaña por sus palabras.
—¿Y tú Malia?, ¿Que piensas? —Cuestionó Luffy mirando a la nombrada, con su tono alegre tan característico pero no tan animado cómo hace segundos antes.
Malia se mordió levemente su labio inferior, mientras trataba de buscar la palabra correcta para responder. Si tenía que ser sincera, la bandera era muy fea y extraña a la vista. Debía admitir que en el fondo estaba de acuerdo con Nami en eso de no colgarla en el bote, llamarían demasiado la atención. Pero a su vez, no tenía ganas de decirle todas esas cosas al chico con sombrero de paja, porqué se notaba todo el esfuerzo que le había puesto y la ilusión que tenía de que a sus "tripulantes" les gustase cómo a él.
—Es muy... extravagante y ¿Excéntrico? —Balbuceo la joven, no muy segura de sus palabras. Pero al parecer para él pelinegro fue suficiente, porque formó una enorme sonrisa en su rostro. Haciendo que Malia respire con tranquilidad.
