capitulo seis: ❛el chef y el chico de las tareas❜.
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—Sabía que vendrías.
Malia suspiro, antes de acercarse a la barra del bar (que a esa hora de la mañana estaba prácticamente vacia) y tomó asiento junto a Mihawk. Ignorando la manera en lo pequeña que se sentía estando junto a él. Ya no era esa niña pequeña de once años que acataba cada orden de el sin chistar.
Un silencio incómodo rápidamente los envolvió y ninguno quería ser el primero en romperlo. Malia tenía tantas preguntas para hacerle, guardadas bajo siete llaves durante años y tantas palabras hirientes con las que pretendía devolverle aunque sea un poco el dolor, que ella sintió esos dos años bajo las órdenes de Alvida. Pero ahora mismo ninguna palabra salía de su boca, ni aunque se forzará a hacerlo.
Tal vez no quería decir nada, porque sentía que ya no valía la pena.
—Me sorprendí cuando el vice almirante me dijo que tu eras parte de la tripulación de su nieto —El hombre hablo, mientras hacía un gesto de manos al cantinero que le sirviera alcohol. —Lo último que supe sobre ti, es que todavía formabas parte de la tripulación de Alvida. Debía comprobarlo con mis propios ojos.
—Luffy la derrotó y quemo su barco, es imposible que no te hayas enterado de eso —Explicó vagamente, mirando las botellas de muestra en los estantes. —Tú que lo sabes todo —Murmuró lo último con sarcasmo.
—Estuve muy ocupado estos meses, no tenía tiempo para esuchar chismes estúpidos.
Malia todos sus ojos al escucharlo.
—Y tampoco creí que hubieses seguido a un niño jugando a ser pirata, con los ojos cerrados —Dracule giro levemente su cuerpo, para mirar mejor a la castaña. —Pensé que eras más inteligente.
—El me salvo, me libero, no podía no seguirlo—Replicó con seriedad la joven. —No es un niño jugando a ser pirata, es muchísimo mejor que eso.
—Interesante —Dijo Mihawk, antes de tomar otro buen sorbo de su vaso.
Otro silencio se formó entre los dos, esta vez uno más tenso que el anterior. Malia quería huir del bar y volver al camarote de su barco junto a sus amigos, donde se sentía protegida.
—Si no vas a decir nada más, me voy —Declaró la joven, parándose bruscamente. —Tengo cosas más importantes de las que ocuparme.
—Cambiaste
Los ojos de Malia se abrieron de par en par y se clavaron en la silueta del hombre, quien le estaba indicando al cantinero que le sirviese más alcohol.
—Siempre pensé que experimentar lo que es ser parte de una tripulación pirata, te enseñaría a poder sobrevivir en los mares y veo que funciono.
El hombre tomó la bebida de un sorbo, dejó el dinero encima de la barra y camino unos pasos hasta quedar frente a la chica.
