¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Malia trago saliva y repaso mentalmente por undécima vez, las palabras que le diría a Luffy. Dio algunos pasos hacia donde se encontraba el chico e inmediatamente volvió hacia atrás, tratando de juntar más valor. Digamos que enterarse que el Vicealmirante de la marina era el abuelo de su capitán, no era un tema que fuese fácil de abordar. A los cuatro tripulantes les había sorprendido por demás esa noticia, al parecer contar eso había afectado a Luffy, estaba actuando de una manera muy extraña y eso los estaba preocupando mucho. Tuvieron una reunión en donde decidieron quien era la mejor opción para conversar un rato con su auto proclamado capitán, si Malia o Zoro y luego de varios minutos llegaron a la conclusión que la mejor opción sería la castaña; con la excusa que era la persona que más tiempo llevaba conociéndolo y que era la más cercana a él. Y así fue cómo termino la joven, caminando en círculos por el barco, tratando de buscar las palabras correctas.
Juntando todo el valor posible, se acercó hacia donde se encontraba Luffy y se paro detrás de el. Lo observo en silencio algunos segundos, el joven parecía muy concentrado mirando su sombrero.
—¿Que haces? —Cuestionó Malia, cruzándose de brazos y asomando levemente su cabeza hacia el chico.
—Mi sombrero se maltrato en la batalla —Explicó, sacando los hilos de paja que sobresalían. —Estoy intentando arreglarlo.
—Puedo ayudarte si quieres —Comentó la chica, posando sus ojos en el sombrero. —No se ve tan mal, con unos pequeños arreglos bastarán.
—Estoy bien, tengo todo bajo control —Respondió en voz baja, concentrado en su tarea.
Un incómodo silencio se formó entre los dos jóvenes, mientras Malia repasaba otra vez las palabras que quería decirle. Se notaba que el chico estaba muy raro y ella quería hacerle saber que podía contar con ella, aunque ahora mismo le estuviese costando.
—Oye, respecto al tema que nos contaste hace rato —Comenzó hablar la joven con sumo cuidado, mientras Luffy parecía quedarse congelado en su lugar. —Si necesitaba hablar con alguien o solo necesitas ser escuchado, sabes que puedes acudir a mi. Solo no te guardes todo para ti mismo, no te va hacer bien, te lo digo por experiencia.
—Estoy bien, no te preocupes —Respondió Luffy de manera cortante, volviendo a intentar arreglar el sombrero.
Malia asintió sin decir palabras y decidió regresar con sus compañeros ante la negativa de su capitán.
—Me dijo que estaba bien —Explicó la castaña, ante la mirada expectante de los tres jóvenes. —Pero es obvio que algo le pasa.
—No debe ser muy lindo que tu abuelo te persiga —Comentó Nami. —No soporto verlo tan calmado, se siente tan extraño.
—Yo creo que estan siendo muy paranoicas —Declaró Zoro desinteresadamente. —Yo lo veo bien.
Malia y Nami intercambiaron miradas, y rodaron sus ojos al escuchar las palabras del peliverde. Estaba claro que no entendía su preocupación y que tampoco le importaba mucho que el abuelo de Luffy sea parte de la marina.
