Cuarto mes

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El sol empezaba a colorear el cielo un tono más anaranjado.

Los criminales estaban armados, dispuestos a dispararle si se movía o incluso si pestañeaba. No pensaron que llegarían hasta esa situación, estaban asustados y dispuestos a hacer cualquier cosa con tal de salvar sus vidas y huir de la condena que la ley les iba a imponer.

Pronto, aquel detective, al cual tenían rodeado y apuntado con armas de fuego, sonrió. Eso desconcertó a los delincuentes.

-¿Son idiotas?

Empezó a moverse, a caminar, los criminales sin entenderlo bien lo siguieron con las armas, apuntando aún su cabeza.

-Los que se embarraron en esta situación fueron ustedes. Yo lo único que hice fue aparecer.

Empezó a señalar a uno por uno, diciendo el error que había cometido para llegar hasta ahí siendo señalado culpable. Solo incrementó la ira de los presentes.

-Ahora, si hubieran atropellado primero al mozo, podrían haber... ah, esperen... ah, ah...

Sujetó su panza. Comenzó a respirar hondo y lento, regulando la salida y entrada de aire a un ritmo más moderado y lento. Luego se recompuso al cabo de unos segundos.

-Pensé que las embarazadas exageraban al decir que les faltaba el aire y no podían hablar tanto... tendré que acostumbrarme a esto... ah, ah... que fastidio...

En la nuca de los criminales apareció una gota al estilo anime.

-Disculpen, es el crío.

Dio dos golpecitos a su panza después de decir aquello.

-¿Dónde estaba? Ah, si... ¡Ya pueden salir Kunikida, suicida y tigre!

Los nombrados captaron sus órdenes. Obedecieron.

Ranpo se sentó en una de las sillas que había por allí. No podía permanecer parado más de quince o treinta minutos. Se cansaba rápido y ni hablar de la falta de aire que cada tanto aparecía al hablar, interrumpiendo su discurso a los criminales o discusión con alguien.

Él se sentía enfermo por los vomitos, o náuseas, que no lo dejaban en paz ni por un segundo.

Por fin, y para alivio de Ranpo por quitarse un trabajo de encima, habían entregado a todos los criminales a los policías.

-Ranpo, debes pedir licencia.

-Nadie quiere que te pase algo malo. No puedes trabajar en este estado.

Escuchó los comentarios de Atsushi y Kunikida, analizó su situación para luego tomar una decisión: enfrentar al presidente, para que siga enviándole más trabajos.

-No, Ranpo.

-¡No quiero trabajar de papeleo!, ¡sígueme mandando casos del mismo riesgo que el de hoy!

-Kunikida me informó sobre como estuviste hoy, con ese caso. De no ser porque aquellos delincuentes son poco intelectuales y por un golpe de suerte a tu favor, no hubieran dudado en disparate. Ranpo, no eres el más adecuado para este tipo de casos. Entiende, si trabajas, será papeleo y reportes.

-¡Aburrido! Tomaré licencia si sigues-

-Adelante. Es lo que todos aquí desean. Por tu bien.

-¿Es que son idiotas? Sin el mejor detective esta agencia no-

-Soportaremos tu ausencia, aguantaremos cada día, y te llamaremos cuando necesitemos de tu poder. Hasta que vuelvas.

Bebé - RanpoeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora