Tercer mes

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Ambos sonreían.

Ambos se preparaban.

Ambos se amaban, y más en aquella fecha.

-¡Ya quiero que sea 2014!, Es la primera vez que celebramos año nuevo juntos, solos, en privado...

Ranpo hablaba alto, para que Poe lo escuchara.

-A la próxima, alistamos todo con anticipación.

-¡Listo!

Ranpo estaba sentado entre los hombros de Poe, quién soportaba su peso, para que pudiera llegar a poner las luces arriba de las cortinas.

-Sigo pensando que sería mejor usar una silla.

-Prefiero subirme arriba tuyo. La silla no asegura que caeré bien.

Suspiró al dejarlo en el piso, sano y salvo. Luego estiró su cuello un poco y se recompuso en segundos.

Ranpo examinó la forma en que Poe demostraba lo muy cansado y agotado que estaba por haberlo alzado. Se entristeció.

-¿Estoy gordo?

Poe se tomó la libertad de rodar los ojos.

-No empieces.

-¡No lo niegas! ¡Eres... malo!

Y comenzó a chillar.

Poe lo miró. Se acostumbró al "nuevo" Ranpo, más caprichoso y sensible. Al rato se le acercó, y lo alzó como princesa, como en los cuentos de Disney.

Ranpo mostró cara de confusión.

-¿Ves? Te puedo alzar. No estás pesado ni gordo. Ahora, si realmente te molesta que haya crecido unos milímetros tu panza, recuerda que no eres tú, es el bebé.

Sonrieron a la par. Lograron olvidarse de todo eso al paso de unos diez minutos. Corrección: Ranpo lo olvidó.

-¿Y si es niña?

-Es niño. Yo lo sé.

-¿Alfa, Omega, Beta, Gamma? En otras palabras, ¿cuál crees que será su segundo género? Yo digo que Beta.

-Será igual a ti. Alfa.

Poe no pudo evitar sentir estar en un trozo de cielo. Realmente le alegró escuchar aquello. Digamos que su autoestima fue afectada positivamente y para bien.

El teléfono sonó. Ranpo contestó.

-¿Sí?

Hola, Ranpo. Soy Mushirato.-


-¡Hombre!, ¿noticias buenas o malas?

La noticia eres tú, Ranpo. ¿Realmente estás...-

-Llevo tres meses. Es niño.

No me sorprende que ya sepas el resultado. Ciertamente, tienes un poder inigualable.-


-Lo sé.

¿Cómo se llamará?-

-Elegiré el nombre al verlo.

¿En serio? No digas tonterías.-

-¿Por qué-

Eso se elige con anticipación. Es como arreglar todo lo de año nuevo 24hs antes.-

Ranpo miró a Poe, quién seguía preparando la sala para el festejo de año nuevo, esa misma noche.

-Y-yo...

Fue un gusto volver a hablar contigo. Cuando vuelva a Japón me tomaré la libertad de visitaros, a ti y a Poe. Te recomiendo de nombre: Alexander. ¡Tiene que ser Alexander!-

-¿Seguro que lo recomiendas o me lo impones?

¡Feliz navidad y año nuevo!-

Colgó.

Ranpo caminó hasta donde se encontraba Poe, y se cayó encima suyo. Ambos cayeron al suelo.

-¿Quién era?

-El que nos falta para hacer una pijamada. Nos felicitó por el bebé.

-¿Quién le dijo que estás-

-Estoy cansado. Dormiré hasta que sean las 00:00 a.m, de año nuevo.

-¿Y la cena?

-¿Hay postre?

-Helado.

-Ah, iré a ver si queda Ketchup para sumarle al helado.

Poe hizo un esfuerzo por no hacer ningún tipo de mueca, desagrado, al imaginarse la comida, (si es que se lo podía llamar comida), que Ranpo iba a consumir. Solo se limitó a observar.

En un abrir y cerrar de ojos ya estaban haciendo brindis 🥂. Por ellos mismos, y el feto que en unos meses conocerán.

-Dedícame un poema.

-¿Ahora?

-¿Qué mejor momento que este? Año nuevo, fuegos artificiales, copas de whisky...

Poe ocultó su rostro sonrojado con una mano, mirando hacia otro lado.

Ranpo acercó sus manos, apartó su pelo y miró sus ojos.

-El marrón es mi color favorito. Porque lo llevan tus ojos.

Poe rió.

-¿Qué fue eso?

-¡Si tú no me dedicas el poema, lo haré yo!

Miró con ternura el gesto de Ranpo, gesto que demostraba su enojo, pero que lo hacía ver tan lindo.

Sin pensarlo, lo besó.

Y sin pensarlo, le correspondió.

El hilo de saliva se deshizo cuando se separaron para decir al mismo tiempo:

-Feliz año nuevo.

Continuará...

Bebé - RanpoeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora