La Vida que Deseaba.

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Despertó en un lugar desconocido para el, tenía puesta una ropa que claramente no era de él debido a lo grande que le quedaba. Miro a su alrededor inspeccionando el lugar donde se encontraba, claramente era una habitación, decorada de forma bonita y elegante, la cama en la que se encontraba era acogedora y había un olor alrededor que por alguna extraña razón le hacia sentir calido y querido, no sabía que era exactamente lo que estaba sintiendo, estaba muy confundido.

Se levantó de la cama y salio de la habitación. Escucho ruido, volteando hacia los lados se dio cuenta que venia de la planta baja del lugar, al parecer se hallaba en una casa de 2 pisos.

Bajo las escaleras con cuidado, tratando de no alertar a quien estuviera aciendo ese ruido, camino lentamente hacia el lugar de donde provenía, viendo una puerta ligeramente abierta, asomo un poco su cabeza lo suficiente (según el) como para que la persona que estaba ahí no se diera cuenta de su presencia. Y pudo ver al joven más hermoso que había visto en su corta vida.

Admitía que Rei era muy bonita, pero no había punto de comparación con él joven frente a el, este jóven tenía un porte elegante y refinado con un semblante gentil y se veía de apariencia delicada con una piel blanca como la nieve, tersa y seguramente suave al tacto.

Cocinaba mientras tarareando una dulce melodía, había también una tetera con agua hirviendo en la estufa, hacía ese sonido típico de chiflido indicando que ya estaba lista para ser servida.

Habia una tetera con agua hirviendo en la estufa, estaba presente ese sonido, lo recordaba perfectamente.

¡SEGURO LE AVENTARIA EL AGUA HIRVIENDO EN LA CARA!

Se notaba que ya estaba lista... Lista para ser arrojada sobre su rostro.

No quería.
No quería.
No quería.

¡NO QUERÍA VOLVER A PASAR POR ESE DOLOR!

El terror por lo que le pudiera pasar habiendo una tetera con agua hirviendo en la estufa le recorrio por todo su cuerpecito haciéndolo temblar, recordó el como había llegado a ese lugar.

Seguro la apariencia angelical de ese joven no era más que una fachada, igual que la de Rei, ¡seguro sus padres lo contrataron para hacerle daño! Era muy obvio que no lo querían en sus vidas, pero ¿qué afán de hacerle tanto daño? El no pidió nacer, era inocente, no tenía culpa de nada.

Tenía que escapar cuanto antes, no permitiría que le hicieran daño otra vez aún si eso implica vivir en las calles, correr y estar huyendo toda su vida, era mejor eso que el sufrir todos los días, el tener miedo a que te vuelvan a lanzar agua hirviendo a la cara o en cualquier parte del cuerpo. Aunque su plan de salir huyendo del lugar fracaso cuando el joven volteó a verlo notando su presencia.

El pecoso volteo a verlo por completo cuando vió que empezó a temblar mucho, ya se había percatado de su presencia cuando se asomo por el marco de la puerta, viéndose muy tierno mientras lo espiaba, seguramente sentía curiosidad por el lugar en el que estaba y por su presencia, pero se preocupó cuando empezó a temblar de madera descontrolada.

Se giro para apagar la estufa que tenía la tetera con agua, viendo por el rabillo del ojo como se estremecia más al ver su mano acercarse a la estufa, seguro la quemadura que tenía en su ojito tenía que ver con su miedo irracional a la estufa, ¿o sería a la tetera? ¿Tal vez al agua que estaba lista para el té? ¿Qué le habra pasado a esa pobre criatura para estar tan asustada de su alrededor?

Estaba en un estado de alerta total, listo para salir corriendo en cuanto se le de la oportunidad, como un animalito listo para escapar del cazador que esta listo para matarlo, lo cual para él es una comparación bastante horrible pero es la que más se acerca a lo que presencia.

Una Mamá Para Shoto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora