Dynasty

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-Tu fuiste quien lo coordino todo- le dijo mientras le tomaba por ambas mejillas, haciendo que su victima le mirara a los ojos -Tu fuiste quien ordeno que acabaran con su vida para que perdiera el control. En ese momento jure que un día te encontraría, que cazaría a cada descendiente de tus cómplices-

El hombre se retorció en su lugar, con una mordaza en su boca y los ojos desorbitados por todas las emociones que lo embargaban.

Y el dolor. El intenso dolor de cada una de las puñaladas que marcaban su cuerpo.

-Eres como yo, entonces ¿Por qué traicionar a tu raza? -

El hombre escupió la saliva ensangrentada que se había acumulándose en su boca cuando la mordaza fue eliminada, riendo como desquiciado entre risas y muecas de dolor antes de comenzar a hablar.

-Simplemente porque odiaba tu felicidad, la luz que emanabas a la distancia, el amor que por cada poro destilabas. Eres como y yo y a pesar de todo, te amaban-

El tipo aún escupía sangre, espesos coágulos negruzcos, hiladas de un líquido verde que; predecía su amargo final.

-Matar a uno de los nuestros es casi imposible e incluso un tabú- volvió a decir, mientras jalaba a a su victima, acercando a donde antes lebhabia confinado, un lugar simbolico para morir -Somos llamados inmortales por una buena razón, pero; tu error, fue no haberlo logrado-

-Te ame como para intentarlo... pero te odio de la misma forma- admitió el hombre

-Mate todo aquello que construiste arriba de mi sangre, de su sangre y sus recuerdos. Realmente, realmente debiste matarme-

Una risa gorgoteante llena de odio y maldad se escucha, pero ya no le importa -No me arrepiento de lo que he hecho, de todos modos aunque te recuerde, aunque sepa quien eres, por eso mismo que eres, te odiara-

Un segundo después una cabeza rueda frente a sus ojos. El penúltimo de los inmortales se desvanece entre polvo y motas oscuras que como filamentos pesados se disuelven con dificultad en el ambiente. El ser será incapaz de renacer, pero contribuirá a que su alma marchita sane, aunque sea un poco.

Lo que le queda en ese momento es evitar que su amado se sumerja en la locura ante los recuerdos. Mismos que fueron evocados por el infame cobarde que lo traiciono haría tantos años atrás.

Sabe que la muerte se ese ser no ha parado la rueda del destino y que en algún momento las semillas que olanto llegarán a su amado, solo espera poder tener valor para poder afrontarlo.


Sabe que la muerte se ese ser no ha parado la rueda del destino y que en algún momento las semillas que olanto llegarán a su amado, solo espera poder tener valor para poder afrontarlo

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Kouki piensa que fue idea de Kuroko. La mayoría eran ideas de Kuroko. Y de un ciego Kagami, que seguía todo lo que su sombra le decía sin chistar, aún cuando se le notaba incómodo al rededor del llamado emperador de Rakuzan.

Por eso era que estaban en ese picnic. La generación de los milagros estaba reunida en varios grupos, algunos medio jugando en la cancha, porque solo botaban el balón aquí y allá y encestaban sin mirar.

Estoy aquí, contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora