Capitulo 9.- -Un artista local. Trouton -dice Moque cuando atrapa mi mirada. -Son adorables. Elevan lo ordinario hasta lo extraordinario -murmuro, distraída por él y por las pinturas. Inclina su cabeza hacia un lado y me observa atentamente. -No podría estar más de acuerdo, Srta. Ferrara -responde, su voz es suave y por alguna razón inexplicable, me encuentro a mí misma sonrojándome.
Fuera de las pinturas, el resto de la oficina es fría, limpia y clínica. Me pregunto si eso refleja la personalidad del Adonis que se hunde con gracia en una de las sillas de cuero blanco frente a mí. Sacudo la cabeza, alterada por la dirección que toman mis pensamientos, y recupero las preguntas de Sofia de mi cartera. Después, pongo la mini grabadora y soy tan torpe, que la dejo caer dos veces en la mesa de café enfrente de mí.
El Sr. Mouque no dice nada, esperando pacientemente -espero- mientras yo me avergüenzo y me pongo más nerviosa. Cuando me armo de valor para mirarlo, él me está observando, una mano relajada contra su regazo y la otra ahuecando su barbilla, deslizando su largo dedo índice a través de sus labios. Creo que está intentando suprimir una sonrisa. -¿Sofia, quiero decir, la Srta. Ibarra , le explicó para qué era la entrevista? -Sí. Para que aparezca en la publicación de la graduación del periódico escol-Lo lamento -tartamudeo-. No estoy acostumbrada a esto. -Tómese todo el tiempo que necesite, Srta. Ferrara -dice él. -¿Le molesta si grabo sus respuestas? -Después de que se ha tomado tantas molestias poniendo la grabadora, ¿me pregunta ahora?
Me sonrojo. ¿Se está burlando? Eso espero. Parpadeo hacia él, insegura de qué decir, y creo que le doy lástima porque cede. -No, no me molesta.