《8》

152 24 12
                                    

|| Lunes 13 de agosto del 2023||
Hwang's

Desperté en un cuarto oscuro, supe que abrí los ojos pero como solo vi oscuridad me asusté pensando que me quedé ciego, la sensación más horrible que experimenté. No duré a oscuras, ya que de un momento a otro prendieron las luces bruscamente, haciendo que mis pobres ojitos sufrieran candilación.

Ya estado adaptado a mi nuevo entorno, solo miré a los chicos de al frente; serios y fuertes como guardaespaldas muy fieles, igual a un perrito.

—Ustedes... ¿Dónde estoy? ¿Dónde está Felix? —cuestioné algo desesperado, me preocupa más él que yo—. ¿Le hicieron algo malo? El no tiene la culpa de nada en todo caso.

No tuve respuesta, solo unas risitas sarcásticas y muy poco divertidas a mi gusto, se burlan de mi, ¿tengo cara de payaso? De idiota tengo, de payaso no.

Estuve más de una hora sentado allí, amarrado y con una ansiedad que me hacía respirar acelerado algunas veces, me tienen comiendo de mi propia mente con un castigo de silencio total, estar en tanta calma me hace entrar en la locura.

Pronto, sin previo aviso (igual ni me hablan), entró un hombre de traje azul marino, con detalles dorados en cada borde existente y con una máscara de gala para ocultar su identidad, el traje le favorece muy bien a su cuerpo trabajado, estoy seguro que es una rata de gymnasio.

—Bienvenido, joven Hwang, es un gusto tenerlo aquí —hizo una breve pausa, dejando intriga—. Lamento que tenga que estar en esta situación, tanta bienvenida y estas amarrado, es por un bien mayor. Agradezco que guardes silencio y escuches con atención mis palabras si quieres que Felix esté bien.

Mi boca se cerró como un ziper al terminar de escucharlo, no quiero que le pase nada al inocente chico, a mi pollito naranja, sería horrible si lo torturan por culpa mía. Algo que todavía no comprendo, ¿tan malo es consumir drogas en esa localidad? Es muy obvia la respuesta pero necesito oírla diez veces para entender.

—Bien, ya que tenemos en claro el silencio, te voy a dar unas indicaciones que debes cumplir al pie de la letra —explicó caminando al rededor mío, tragué saliva y miré al suelo, no quiero ver—. Te vamos a desatar y vamos a llevarte a otra habitación para que hagas unos trabajos relacionados con la droga qué consumiste, después podremos considerar dejarte ver al chico ese, ¿entendido?

Solo presté atención, acatando cada palabra para no fallar y llevarme al vacío, o llevar a mi acompañante a la muerte. Cerré mis ojos un momento y sin pensarlo tanto acepté, no tengo mucho más que hacer y es la única opción en este lugar, mis padres están lejos, no tengo amigos, no hay nadie que pueda rescatarme más que yo solo y mi supervivencia.

Los guardias o lo que sea que sean no tardaron nada en venir a desatarme, pararme y llevarme a fuerzas a otro lugar que desconocía, todo esta en completa oscuridad, la única iluminación son unas cuantas lámparas de mesa y algunas velas, tardaré en memorizar estos pasillos raros si pienso en escapar.

Caminando, miré unos cuadros en una mesa cercana y llamó mi curiosidad uno de los chicos, parecido al pollito naranja. Uno de los grandes hombres al notarlo, de inmediato bajo mi cabeza de manera brusca, mi reacción fue chillar al hacerlo, me dolió, incluso sentí que traqueo.

Un poco de caminata más y me adentraron a una habitación gris, solo de color habían flores amarillas y otras azules, lo demás es tan neutro que me causó incomodidad, hay un ambiente extraño y tengo un raro presentimiento.

Me sentaron en una silla y desataron mis manos, mostrándome tres paquetes con sustancias blancas que pude deducir que son, aquí tengo libertad, pero no la suficiente como para irme a matar, hay cámaras en cada rincón.

EUFORIA - [Hyunlix] [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora