Abrí el ojo apenas el sol me dio en la cara, me estiré por toda la cama buscando a Zyon pero no estaba. Me levanté aún desnudo y me tapé con las sábanas para salir de la habitación y recorrer los pasillos, miraba lo grandes que eran estos y podía oír como no había ni una ruido.
Cuando llegué a la puerta del comedor, esta se abrió para mi y lo ví a él leyendo un libro, corrí hacia donde estaba y me tire arriba suyo. Me sonrió y observe que el también estaba sin nada de ropa encima.
-Como amaneció mi bebé? -Dijo mientras me agarraba de mi cintura desnuda y me besaba en un tierno beso.
-Demasiado bien, después de lo de anoche...-Le susurre al odio mientras besaba su cuello.
Estuvimos un rato jugueteando y besándonos, me encantaba como sus grandes manos tocaban mi suave piel y lo grande que él era, tenía todo lo que me gustaba de un hombre. Era varonil y velludo, le gustaba que lo acompañe, gracioso y romántico.
Luego de desayunar juntos, nos vestimos y salimos a los jardines del palacio, estuvimos recorriendolos y no podía estar más cautivado por la naturaleza que había. Las mariposa revoloteando por las flores y los pájaros cantando.
—Creí que tu reino estaría en el inframundo o algo por ese estilo. —Le digo cuando llegamos a una de las terrazas que dan a las montañas.
—Hay veces en las que tengo que ir a la infratierra, pero mi castillo esta aquí, escondido entre las montañas. Suelo ir hacia allá cuando hay un asunto importante o algún juicio.
—Entiendo, quería preguntarte, podrías contarme un poco más sobre aquella profecía por la que me trajiste?
—Desde hace millones de años existe la profecía del mortal, aquella que cuenta que el rey debe traer a un humano para que la infratierra no sea destruida por un antiguo ser, según el bibliotecario, se esconde en lo más profundo de la infratierra.
—Osea que en algún momento voy a tener que bajar a la infratierra contigo? —Le digo mirándolo.
—Cuando sea el momento bajarás, por ahora tenemos tiempo de que puedas pasar tiempo aquí. Luego de que todo esto pase podrás volver.
—Y si no quiero volver? —Me acerco más a él. —Si quiero quedarme aquí contigo...
Zyon me miró sorprendido, como si no se hubiera imaginado nunca que le diría eso.
—Te gustaría quedarte? De verdad? —Dijo con un tono de ilusión que hizo vibrar mi corazón, era tan lindo.
—Obvio, me gustaría quedarme y conocerte mejor. Me gustas, me encantaría aprender más de tu mundo, estar a tu lado.
Entonces me alzo con sus brazos y empezó a sonreír como loco, para luego darme un beso lleno de ternura. Estaba a empezando a gustarme, sentía un cosquilleo en el estómago al estar con él y capaz era que estaba enamorandome del rey de los demonios, no lo sabía.
Luego de eso me llevo a seguir recorriendo el castillo por las partes que no había llegado a ver, juntos de la mano. Me mostró su oficina en la que firmaba los acuerdos para mantener todo en orden en su tierra.
Pude ver fotos de él siendo todo un rey, algunas de él luego de las batallas (se veía super sexy) y con sus amigos.
Me senté en su escritorio mientras veía como el cerraba la puerta.
—Sabes, podríamos hacer algo aprovechando que estas tan de buen humor, mi rey...
—Ah si? Hacer algo como que? —Me dice mientras empieza a acercarse a mi con un tono seductor tan masculino que volaba la cabeza.
—Algo como esto. —Digo mientras me saco el pantalón dejando al aire mi culo al aire, mientras le hago señas para que se acerque más.
Zyon se acerca y me besa, me beso con deseo carnal. Me muerde el labio y empieza a bajar hacia abajo, haciéndome varios chupones en el cuello que me excitaban demasiado, siguió bajando hasta llegar a mi entrada e hizo lo que me llevó a venirme enseguida.
Introdujo su larga lengua por mi entrada y grite del placer que me provocaba esta acción mientras que una de sus manos acariciaba mi nalga, yo lo agarraba del pelo mientras tiraba mi cabeza hacia atrás.—Ahh...así...más adentro, amor. —Decía mientras él la sacaba y subía de vuelta para estar frente mío, puse mis ojos en blanco y saque mi lengua para que me besara. Lo hizo pero me metió su lengua en toda su boca, me excitaba tanto.
—Voy a darte tan duro, bebé. —Me susurró para luego agarrar su pene bien gordo y enterrarlo en mi ano.
—AY SI ZYON, DAME MUCHA LECHITA. —Gritaba mientras me callaba con sus besos con pasión, escuchando nuestros ruidos de pieles y sintiendo como el escritorio de movía.
—Te gusta? Te gusta como te penetro con mi polla bien gorda? —Decía mientras agarraba mis piernas y las ponía en sus hombros para bombearme más rápido y fuerte.
—ME ENCANTA TU POLLA BIEN GORDA, LLENAME TODO, AMOR. —Gritaba llegando a mi clímax y corriendome por segunda vez.
Luego de cambiarme y ponerme en cuatro arriba de la mesa, sentí como 8 chorros bien llenos de semen se colaban en mi interior.
—AHH! —Dije mientras veía como mi ano expulsaba para afuera los chorros pesados de semen caliente.
—Te amo, mi bebé. —Me dijo mientras me secaba el sudor de la frente.
—Y yo te amo a ti, mi rey.
ESTÁS LEYENDO
The Devil.
De TodoMarco Evans es un chico normal, tiene una vida y una rutina que seguir. Hasta que una noche todo eso cambia cuando un portal se abre en su habitación, del cual sale un gran demonio musculoso, muy sexy. Marco acepta ser llevado a su tierra, en la cua...