6 | Posiciones.

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El sol se deslizaba lentamente hacia el horizonte, pintando el cielo del reino demoníaco con tonos ardientes de naranja y morado. Desde el balcón del palacio real, me encontraba absorto en el espectáculo celestial, sumergido en pensamientos sobre el destino de nuestro reino y mi profundo amor por Zyon, el rey que había estado conquistado mi corazón los últimos días.

Zyon se acercó a mí, yo estaba envuelto en una túnica de seda negra que contrastaba con mi piel pálida y mis cabellos oscuros. Sus ojos irradiaban emoción mientras observaba el crepúsculo junto a mí.

—Es hermoso.— susurré, posando mi mano en su gran brazo con delicadeza.

Zyon se volvió hacia mí con una sonrisa cálida. —Sí, lo es. Pero no tan hermoso como tú.

Sonreí tímidamente ante su halago, sintiendo mi corazón latir con fuerza ante sus palabras. Desde que fui llevado al mundo de los demonios por la profecía, mi vida había sido un torbellino de emociones, pero nunca había dudado de lo que estaba sintiendo hacia Zyon.

—¿Qué tienes planeado para esta noche, mi amor?—pregunté, mientras miraba hacia arriba y él rodeaba sus bestiales manos en mi diminuta cintura.

Zyon agacho su cabeza hasta mi cuello y sus labios se posaron en este, besándolo con ternura. —Tenemos una cena especial esta noche, en honor a tu llegada a nuestro reino. Quiero que conozcas a todos los nobles y dignatarios que componen nuestra corte.

Asentí con entusiasmo, aunque una pizca de nerviosismo se apoderaba de mí al pensar en enfrentarme a los altos círculos de la sociedad. Aunque había pasado algún tiempo desde mi llegada, todavía me sentía como un extraño entre los nobles y sus elaboradas costumbres.

—Estoy emocionado por conocer a todos. —dije con una sonrisa forzada. —Pero espero no hacer el ridículo...

Zyon me dio un beso reconfortante en la frente. —No te preocupes, estaré a tu lado en todo momento. Eres mi invitado de honor, y todos te recibirán con respeto y admiración.

Juntos, nos dirigimos al gran salón del palacio, donde una mesa suntuosa aguardaba con manjares exquisitos y nobles demoníacos de toda índole. Me esforcé por recordar los nombres y títulos que Zyon me presentaba, pero la pomposa ceremonia de la corte demoníaca me abrumaban.

A medida que la noche avanzaba, me encontraba envuelto en una maraña de conversaciones, elogios y protocolos que apenas comprendía. Los nobles me hablaban con cortesía, pero sus miradas y gestos revelaban una mezcla de curiosidad y escepticismo hacia el humano que había ganado el corazón del rey.

Finalmente, cuando la cena llegaba a su fin, Zyon se levantó de su trono y tomó mi mano, atrayéndome hacia el centro del salón. Todos los ojos estaban puestos en nosotros mientras Zyon se arrodillaba frente a mí, sacando un estuche de terciopelo negro de su bolsillo.

—Marco, desde el momento en que llegaste a mi vida, supe que eras especial. —dijo Zyon, su voz gruesa resonó en el salón. —Has traído luz y alegría a mi reino, y has conquistado mi corazón de una manera que nunca pensé posible. Por eso, quiero pasar el resto de mi vida a tu lado. ¿Aceptarías casarte conmigo y convertirte en mi esposo, para gobernar juntos este reino y compartir nuestra vida?

Mi corazón latía con fuerza en mi pecho mientras miraba a Zyon con asombro y amor. Las lágrimas llenaron mis ojos mientras asentía con fervor.

—Sí, Zyon, acepto. —dije con voz temblorosa. —Seré tu esposo y tu compañero.

Zyon se puso de pie y me envolvió en un abrazo apasionado, mientras los aplausos y vítores resonaban en el salón. Juntos, nos dirigimos hacia el trono, listos para comenzar un nuevo capítulo.

La noche continuó con celebraciones y felicitaciones, pero para Zyon y para mí, el mundo exterior desapareció mientras nos perdíamos en el brillo de nuestros ojos y el calor de nuestros abrazos. En ese momento, no había nada más que el amor que compartíamos y la promesa de un futuro juntos.

Más tarde esa noche...

La cena ya había terminado y con Zyon nos dirigíamos hacia nuestra habitación, yo estaba siendo cargado en sus brazos y nos reíamos de todo lo que había pasado en la noche. Jamás espere que esto pasará pero entendí el porqué, era obvio que Zyon iba a querer que me quede a su lado, entre la profecía y que yo había dicho que estaba dispuesto a quedarme a su lado.

Llegamos y él abrió la puerta para luego dejarme en la cama en la que me perdía de lo grande que era. Zyon se quitó la ropa ya que le gustaba dormir desnudo y yo no me quejaba, los últimos días había estado despertandolo por estar chupado su enorme pene, el cuál sólo podía lamer su punta de lo gruesa que era pero es que me encantaba mirarla, admirarla, no podía creer que iba a ser el esposo de este hombre y que iba a tener todo esto para mi.

Se tiró arriba mio y comenzó a besarme por todas las partes de mi cuerpo mientras que me desvestia con sus manos.

—Te voy a dejar tan pero tan preñado que vas a tener 10 hijos míos, mi amor. —Dijo con un tono tan seductor que pude sentirme mojado de solo pensar en eso.

—Quiero que me hagas muchos bebés, muchos.

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EL LUNES ESTARÁ DISPONIBLES LA 2DA PARTE DE ESTE EPISODIO.

Díganme si les gustó y comenten si quieren que siga habiendo sexo en todos los capítulos, que le baje un poco o que suba el contenido jaja

Los veo el lunes! ♡

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⏰ Última actualización: Apr 06 ⏰

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