¿Esto es real?

8 1 0
                                    


Jana

Eran alrededor de las dos de la mañana cuando llegué a mi apartamento, salgo del trabajo alrededor de las 12:30, pero en lo que espero el transporte público y camino hasta casa tardo alrededor de una hora y media. 

Mi sorpresa fue enorme cuando llegué y me encontré con la cerradura de mi puerta rota. Mi corazón comenzó a bombear tan fuerte que por un momento no supe que hacer. 

Rápidamente corrí adentro del apartamento y me derrumbé cuando vi todo alborotado, la televisión no estaba y mi portátil menos aún. 

Caí en la cuenta del dinero y salí corriendo en dirección al baño para encontrarlo, rogando a todos los dioses que existen que no lo hubieran encontrado. Pero mis esperanzas se derrumban cuando veo la tapa de la cisterna rota contra el suelo. Ya que tenía el dinero escondido ahí en una bolsa hermética de plástico. 

Me deslicé por la pared, completamente destrozada y lloré incontrolablemente. En este tipo de situaciones, es cuando me siento mas sola que nunca. Me sequé las lágrimas y me levanté para recoger todo el desastre y ver si habían cosas que se pudieran salvar, ya que no solo se centraron en robar, si no en también destrozar todo lo que pudieron.

Después de recoger un poco todo, no pude dormir, no me sentía segura. Nunca había estado demasiado cómoda ahí, pero ahora me siento menos. Sentía mucha hambre y no tenía nada para comer, tampoco dinero para comprar. Me iba tendré que conformar con la comida diaria que tenía en el turno del bar. 

Para colmo, el dinero que se habían llevado era parte de la mensualidad de este mes de la universidad, ¿Cómo demonios iba a recuperar todo eso? además de aportar lo que me faltaba y lo del mes que viene. No sé como debo hacerlo, ya estoy bastante atrasada con los pagos. A este ritmo me expulsarán y ahí si que estaré acabada, justo cuando me queda tan poco para terminar. 

Cuando me di cuenta, era mi hora de ir a la universidad. Me bañé y preparé, llevándome lo básico en mi mochila para cuando saliera, ir directamente a trabajar. No sé como iba a hacer a partir de ahora, no se ganaba nada mal en el bar, pero no me alcanza para todo, ni en broma. Siempre rezo porque me den bastantes propinas, porque todo el dinero cuenta.

Salí y casi corrí a la parada, para no tener tiempo de encontrarme con gente extraña por las calles. Después de mas o menos una hora, llegué a mi clase en la universidad de Parsons Nueva Escuela de Diseño de Moda. La universidad que tanto me había encantado siempre, pero la que mas me consume. Solo esperaba que la buena suerte de ese lugar me salpicara, ya que muchos famosos de la industria, habían salido de aquí. Además de que me encuentro en la ciudad de la semana de la moda. Una semana llena de oportunidades. 

Nos dejaron hacer unas pruebas libres de algunos vestidos de fiesta y elegí una seda azul muy bonita para hacer un vestido escotado, pero con vuelo que llegaba a mitad de muslo, con espalda descubierta. Me favorecía mucho el azul, y lo bueno de esto es que las prendas que se confeccionan te las puedes quedar una vez las evalúan. Era mi única forma de obtener ropa nueva en mi situación actual.

Le faltaban unos detalles al vestido, pero ya lo terminaría al día siguiente, ya que las clases habían acabado y tenía que ir rápido al trabajo para empezar mi turno de tarde. El único que podía hacer ya que por la mañana estudiaba. 

Llegué a mi puesto y lo primero que hice al entrar fue tomarme un café americano enorme, muy cargado y sin azúcar. Porque sin combustible me es imposible funcionar, y ya llevaba toda la mañana sin tomar nada, con eso calmaría un poco el hambre hasta mi horario de comida. 

Toda la tarde y parte de la noche pasó sin ningún punto a destacar, pero en mi cara se notaba que no estaba del todo bien. Cuando ya finalizó mi turno salí con mis cosas y con mas cansacio que de costumbre. Esperaba que mi casa no hubiera sido profanada de nuevo, si no, me pegaba un tiro. 

Malditas mentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora