Disclaimer: Los personajes de Inuyasha son de Rumiko Takahashi.
—Sabes que no lo preguntaría si creyera que no existe la posibilidad —explicó Sango con voz nerviosa mientras jugaba y hacía pedazos una servilleta entre sus dedos.
Kagome la miraba sorprendida. La idea se paseaba por su mente, dando vueltas sin parar y sin aterrizar. No podía creer lo que su amiga le estaba proponiendo. Sonrojada, miró a su alrededor, asegurándose de que nadie se había acercado a su mesa en aquel restaurante de fideos que frecuentaban cada fin de semana.
La chica frente a ella evitaba su mirada mientras esperaba su respuesta. No había ninguna duda de que Sango había estado considerando por mucho tiempo arriesgarse y hacer la pregunta, pero, aun así, Kagome no entendía bien cómo todo había llegado a esa situación.
—¿Qué pasa con Miroku? —logró decir Kagome con voz ronca y nerviosa.
—Kag... —Sango sonrió con ternura—. Ustedes tres se conocían mucho antes de que yo empezara a salir con él —comentó antes de mirar a Kagome por un momento y volver a esquivar la mirada—. Siempre le gustaste; solo dio un paso atrás en el momento en que tú e Inuyasha comenzaron a salir.
—¿Qué? —preguntó Kagome con nerviosismo— Nunca lo sospeché, creí que solo era...
—¿Coqueto? —respondió Sango con una sonrisa enorme, volviendo a dirigir la mirada a la joven frente a ella, ahora con determinación—. Kag, no quiero que te sientas presionada a hacer nada que no quieras. Por eso vine yo en lugar de Miroku. Sé que él te daría un millón de razones por las cuales arriesgarte y al final, de alguna manera, terminaría influyendo en tu decisión. Y yo no quiero eso. Solo dejo la propuesta sobre la mesa; la decisión es tuya. Solo jamás me perdonaría por no intentarlo.
Kagome asintió, agradecida por la consideración de su amiga. Sin lugar a dudas, necesitaba tomarse un tiempo y considerar a profundidad la idea, sobre todo antes de ir y mencionárselo a su novio.
—Inuyasha...
—Somos todos o ninguno —aclaró Sango—. No pensamos ser los responsables de terminar una hermosa relación; si alguno de los dos tiene la mínima duda, lo mejor es no hacerlo. Estar en esto es un compromiso de todas las partes.
—Entiendo —respondió Kagome—. Sango, lo siento, esto es demasiado.
Una sonrisa resignada marcó el rostro de la morena ante la respuesta de su amiga, pero sabía a la perfección que eso podía ocurrir.
—No te preocupes, Kag, sé que pregunté algo muy loco —dijo apresuradamente Sango—. Espero no haberte hecho sentir incómoda, eso es lo que menos...
—¡Sango, tranquila! —la interrumpió Kagome—. No estoy diciendo que no desde ahora, solo que tengo que pensarlo —agregó con una sonrisa—. Y obviamente hablarlo con Inuyasha.
Una hermosa sonrisa iluminó el rostro de Sango, y Kagome lo supo, definitivamente se sentía muy atraída por la chica sentada frente a ella. El sonrojo llenó sus mejillas y sintió el rostro caliente casi de inmediato. Una risa nerviosa escapó de boca antes de agregar: —Tengo que irme —se apresuró con nerviosismo tomando su bolso y dejando dinero suficiente para pagar su parte de la cuenta—. Yo te llamo.
Prometió antes de salir apresurada, con el corazón acelerado y una sonrisa ansiosa que no quería escapar de su rostro. Tenía que calmarse antes de llegar con Inuyasha.
Kagome no sabía si agradecer o maldecir su poco aguante al alcohol. Si Sango se había atrevido a realizar aquella propuesta tan atrevida era sin duda por las confesiones que había realizado en la fiesta de la semana anterior.
Era un juego inofensivo, le repitieron en muchas ocasiones sus amigos, pero no imaginó que terminaría en esto.
—¡Soy Bisexual!
El recuerdo del grito que dio esa noche le vino a la memoria mientras caminaba a su departamento. Quiso cubrirse el rostro ahí mismo. A pesar de estar entre sus amigos, y que eran <otros tiempos> jamás se imaginó que su salida del closet sería de esa manera.
Mucho menos se imaginó interrumpir y dejar en evidencia a Inuyasha cuando le preguntaron si tendrían una relación abierta. El pobre chico inmediatamente iba a responder que no, cuando ella interrumpió reprochándole que no mintiera.
—Inu-u— dijo con dificultad—. Recuerda que platicamos sobre eso antes, por aquella chica bonita que estaba tras de ti—se evidenció Kagome ante los demás—. Dijimos que, si nos aceptaba a ambos, podríamos agregarla a nuestra relación—agregó.
Kagome abrió su puerta reprochándose su actuar de los días pasados. Ella y su bocota.
Además, esa plática la habían tenido hace unos años, cuando una bellísima nueva chica de cabello negro se le había insinuado a Inuyasha en una reunión de su trabajo. El joven fue directo y aclaró que tenía pareja en esa misma noche. Sin embargo, veía a la guapa mujer todos los días y percibir cómo la chica parecía querérselo comer en un totopo, lo que lo divertía de cierta manera.
Así que se lo contó a Kagome. Sabía a la perfección que su linda novia gustaba de ver y apreciar a las bellezas femeninas (tal vez de más si no estuviera con él), por lo que le mostró una fotografía de la joven y le platicó toda la situación. Jamás se imaginó que ello llevaría a una plática más profunda y el planteamiento de una posibilidad: tener un trio.
Tal vez el trato estaba bien establecido entre ellos, pero al hablarlo los dos con la tercera persona involucrada, esta rechazó la propuesta, no sin antes agregar que se sentía alagada.
—Eres hermosa —le dijo a Kagome—. Pero mis gustos se mantienen completamente a los chicos. Lo siento—agregó con una sonrisa cohibida.
Por ello Kagome sabía perfectamente cómo debía sentirse su amiga en ese momento. Se quitó sus zapatos en la entrada de su departamento, y los acomodó en el pequeño rincón que tenían reservado para ello.
Una imagen le volvió a la memoria, de un hermoso rostro acercándose al suyo, una respiración contenida y unos delicados labios posándose sobre su boca.
—¡Siempre quise hacer esto!
La Kagome del pasado debería haber mantenido sus pensamientos controlados, pero no pudo evitar gritar eso después de besar a Sango. Todo porque sus novios les habían impuesto ese reto en el juego.
—Un besito chiquito, si cómo no —se reprochó en voz alta antes de llegar a su habitación.
El pasillo estaba a oscuras, pero la luz saliente de la última habitación le indicaba que su novio estaba en casa.
Kagome pudo sentir el golpeteo de su corazón con más fuerza, quería contarle todo de una manera tan rápida como si fuera una bandita. Era emocionante y aterrador al mismo tiempo. ¿Cómo lo tomaría él? ¿Se enojaría? ¿Le gustaría?
Tomó una respiración profunda para armarse de valor entrando a la habitación.
Inuyasha apenas había levantado la mirada, sonriéndole a punto de saludarla, cuando ella lo interrumpió exclamando fuertemente:
—Sango acaba de proponerme tener una relación poliamorosa. Tú, Sango, Miroku y yo.
Quiero que disfruten de mis historias como yo lo hago con muchas de las de ustedes. Dejen sus sugerencias en sus comentarios.
Muchas gracias.
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¿Te lo imaginabas?-Inuyasha Fanfic
RomanceJamás pensó que una propuesta así vendría de parte de su mejor amiga, pero si quisiera probar lo que es tener una relación poliamorosa, definitivamente sería con ellos tres. U.A. O.o.C. ADVERTENCIA Considero necesario escribir un aviso sobre este fi...