Disclaimer: Los personajes de Inuyasha son de RumikoTakahashi.
Inuyasha se sentía cómo cerdo que caminaba por su propia voluntad al matadero. Sentía las manos sudar tan exageradamente cómo cuando era adolescente. Era impresionante que Kagome no soltara su mano con asco. Aunque, si lo pensaba bien, su novia seguramente estaba evitando que se escapara corriendo de ahí.
Y es que no podía evitarlo. Entre más lo pensaba más se arrepentía. ¿Qué rayos lo hizo decir que sí anoche? Ahora se sentía arrastrado por Kagome a la casa del que antes consideraba su mejor amigo. ¿Realmente eran sus amigos? ¿Podía considerarlos sus amigos si estaban ahora planeando cogerse a su novia? ¡Los dos! Su mente le decía que diera marcha atrás. Aún estaba a tiempo, sólo tenía que detener sus pasos, Kagome no podría arrastrarlo por la siguiente cuadra que quedaba. Además, ella ayer prometió que no tenían que hacerlo si no querían. Pero estaba indeciso, demasiado.
Más tardo en tomar una decisión que en llegar a la puerta de la casa de Miroku. Tragó saliva al ver cómo Kagome levantaba la mano para tocar el timbre. Inuyasha observó a su novia, lucía radiante cómo siempre, con su largo cabello esponjado cayendo en ondas a su alrededor. Tenía un mechón de cabello atrapado entre los brillantes aros plateados que llevaba de aretes, Inuyasha apenas estaba alzando la mano para ayudarle, cuando la puerta se abrió se golpe.
Ambos miraron a quien esperaban fuera el anfitrión de la casa, pero quien los recibió fue Sango con una sonrisa enorme, las mejillas sonrojadas y la respiración un poco entrecortada. Llevaba el cabello húmedo, con aún algunas gotas cayendo sobre su frente y sus largos mechones le mojaban la blusa.
—¡Hola! —saludó Sango un tanto nerviosa, apartándose del marco de la puerta para dar paso a sus amigos—. Jamás habían sido tan puntuales —les recriminó juguetona—. Acababa de salir de la ducha cuando llamaron a la puerta.
—Lo siento, lo saqué muy temprano de la casa —se disculpó entre risas Kagome abrazando a Sango después que esta cerrara la puerta—. Entenderás las razones —comentó riendo mientras veía curiosa la interacción entre su hasta ahora amiga y su novio.
Inuyasha miraba a todos lados menos a Sango, renuente de verla a los ojos, observaba con detalle la decoración a la que nunca antes había prestado atención en la casa de su amigo. Las chicas lo observaron y en complicidad supieron lo que le pasaba por la mente.
—Bueno, si gustan acompañarme a la cocina —rompió el silencio Sango—. Miroku está terminando de preparar un yakisoba que está para chuparse los dedos—decía mientras los guiaba por los pasillos que ya eran conocidos por ambos.
El nerviosismo era palpable entre KagomeeInuyasha. Y si fueran capaces de entrar a los pensamientos de Sango, se darían cuenta que ella también era un manojo de nervios en ese momento.
La joven heredera se sentía más emocionada y asustada que cuando su padre le permitió participar en su negocio. Era algo que jamás había hecho, pero, por más que su moralidad le susurraba en el oído que no era correcto, no podía negar la atracción que sentía por los dos chicos que estaban detrás de ella. Además, ¿era realmente algo malo si todos estaban de acuerdo?
Tal vez sus pasos eran más apresurados de lo normal, o quizá sus amigos avanzaban más despacio de lo acostumbrado, pero Sango llegó primero a la cocina, recibiendo el delicioso olor de la salsa de soya condimentando los tallarinesy de los camarones asados. Miroku se concentraba en mover la cena de manera experta para que los tallarines no se cortaran mientras los freía. Sango avanzó hacia él, abrazándolo desde su espalda, dando un pequeño beso a la altura de su hombro.
ESTÁS LEYENDO
¿Te lo imaginabas?-Inuyasha Fanfic
RomansaJamás pensó que una propuesta así vendría de parte de su mejor amiga, pero si quisiera probar lo que es tener una relación poliamorosa, definitivamente sería con ellos tres. U.A. O.o.C. ADVERTENCIA Considero necesario escribir un aviso sobre este fi...