¿Te lo imaginabas?-Inuyasha Fanfic

2. TRATO HECHO

Disclaimer: Los personajes de Inuyasha son de Rumiko Takahashi.

Capítulo participante del reto anual: "Diario de amor... Cien relatos feudales" del foro "¡Siéntate!" con el número 34: Intentar algo nuevo

Recordemos que esta historia contará con O.o.C, ya que no sé bien cómo manejar a mis lindos personajes en esta trama (aunque lo intento) jajajajaa

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A Kagome le habría encantado entrar a la habitación con la cámara de su celular grabando, así podría enseñarles a todos cómo el rostro de Inuyasha pasó de la confusión al entendimiento y de ahí a un completo gesto de susto. Su boca se abrió un par de veces tratando de decir algo, pero las palabras simplemente no se organizaban en su cabeza. Sólo un quejido salió de su boca y articuló un sofocado: —¿Q-qué?

Era gracioso, estaba sentado sobre su cama, recargado en el respaldo, con las cobijas cubriéndolo hasta la cintura. Su rostro aún parecía alarmado, así que Kagome agregó: —Sango me propuso una relación con ellos. En pareja, los cuatro—explicó en frases cortas, tratando que su novio captara de la manera más sencilla la idea.

—¿Estamos hablando de algo sexual? —preguntó él, tratando de organizar sus ideas.

—¡No! —respondió rápidamente Kagome, sin pensarlo—. Bueno, si, en parte sí, supongo—. ¿Te molestaría si lo fuera? —preguntó—. Creo que yo quisiera que lo fuera, pero sólo si tú quieres...

Kagome se paseaba de un lado a otro por la habitación, pasando con nerviosismo sus manos por su largo cabello, jugando con él o quedándose atrapadas en ocasiones entre los mechones rebeldes que se negaban a desenredarse. Inuyasha pudo notar la emoción en ella, sus nervios y un ligero toque de duda. Era obvio que la propuesta de Sango le interesaba, pero seguramente estaba muy preocupada de cómo lo tomaría él.

¡Y Dios! ¿cómo iba a tomarlo? En primera instancia no pudo evitar sentir un rechazo absoluto a la idea. Una relación entre los cuatro, ¿cómo funcionaría eso? Si no fuera por la emoción que su novia estaba presentando, habría reaccionado de una manera muy diferente.

Seguramente fue idea de Miroku, tomaría al cabrón de su amigo por el cuello y le daría la paliza de su vida. Pero por ahora tenía que encargarse de su pequeña novia que lo miraba expectante.

—Por favor, di algo —suplicó ella con una sonrisa—. Llevas todo este tiempo sólo viéndome cómo si me hubiera salido un cuerno en la frente.

—Algo parecido —respondió el nervioso, rascando la incipiente barba que molestaba en su mejilla—. No veo cómo esto podría funcionar, Kag —respondió Inuyasha con sinceridad.

Kagome asintió. Era consiente que el arriesgarse a tener una relación con sus mejores amigos podría ser más catastrófico que buena idea, pero no quería engañarse, le estaban ofreciendo su platillo favorito en bandeja de plata y ¿no podía ni considerarlo?

—Obviamente no haremos nada de lo que tú no estés seguro, pero tampoco quiero tomar una decisión apresurada —finalmente Kagome se sentó junto a él, en su espacio designado en la cama.

Se acomodó de lado, de manera que podía ver directamente a Inuyasha y que el notara que realmente le interesaba la propuesta. Si él no quería, lo entendería, pero le gustaría poder las cosas sobre la mesa.

—¿No te agrada la idea? —preguntó ella directamente.

—Me cuesta mucho imaginarme el cómo se podría desarrollar esto —dijo Inuyasha con duda—. Son nuestros mejores amigos, ¿quieres tirar a la basura todo eso por una fantasía sexual? —le cuestionó.