𝟸𝟶

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𝘚𝘐𝘓𝘌𝘕𝘊𝘌

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Pov's Jessica.

¿Esa tos? Esa tos se había vuelto algo preocupante desde el día que lo tuve. Seguía sin decir nada, meses ocultando eso, tosiendolo sucesivamente, al punto de preocuparme. Todos dirán "Ve al medico" Lo intente, pero era difícil teniendo a alguien detrás mío todo el tiempo.

Pero ahí estaba yo, sentanda en una de las sillas de espera, con ansias en escuchar mi nombre. Estaba en el hospital del centro de New York, fue difícil venir sola, Tom como toda persona posesiva no quería dejarme ir sola. Pero no quería tenerlo cerca, menos en esto.

— Jessica Ariana Johnson — musito el médico, salió de su cuarto — Es tu turno.

Sonreí como correspondencia, me levante de ese asiento, entrando con pasos leves al cuarto blanco con olor a hospital. El médico cerró la puerta detrás de mi, dándome el paso para poder sentarme en la silla frente a su escritorio. Note los papeles de mis estudios, eso me hizo recorrer un escalofrío de miedo por todo mi cuerpo.

Este se sentó en su silla, agarrando los papeles y viéndolos con sus lentes — Bien, veamos... — murmuró, quedo en silencio unos segundos al leer ese gran papel — Interesante.

— ¿Que tengo, doctor? — hable desconfiada. Ya estaba al punto de explotar del miedo.

Dejo los papeles sobre el escalofrío y cruzo sus dedos — La tos con sangre es un comienzo de cáncer. Pero se ve que tu no tienes eso, la tos con sangre que tú tienes es por estrés y tristeza. Se ve que eres una chica sana y bastante ejercitada... Ahora mi pregunta es ¿Fumas?

Fruncí el ceño automáticamente, no sabía si mentir o decir la verdad. Si fume, en el transcurso de mi vida he fumado pero no en exceso, casi nunca básicamente — Si, pero... Muy pocas veces — dije, recibí una mirada sospechosa por parte del médico.

Largo un suspiro pesado — Te pediré amablemente que no fumes, no tomes alcohol y mucho menos tomes sustancias que puedan llevar a esto a algo más grave — sonrió levemente — Y tranquila, no tienes lo que pensaste que tendrías.

La sonrisa de oreja a oreja se creó en mi rostro — Gracias, doctor, enserió, gracias... — musite, estaba a nada de soltar lágrimas.

Me pare de la silla, despidiéndome del doctor, quien se le encontraba muy feliz por mi reacción. Salí de su pequeño cuarto, pasando por al lado de unos pacientes que lo esperaban a este. Mi cuerpo se heló automáticamente, al ver como una rubia estaba sentada, esperaba ansiosamente fuera de una puerta. No fue difícil de reconocer, era exactamente igual que yo, incluso, el cabello era parecido. Mi madre, la mujer que no quería ver nunca más, estaba ahí. Parecía estar llorando, con un ataque de ansiedad y bastante preocupada. A este punto yo no sabía si acercarme, irme y fingir demencia.

Mis piernas estaban a nada de dejar de funcionar, pero mi voluntad era más grande, tomé camino y pasé frente a esta. Recibí la mirada más escaneosa de mi vida, por parte de ella, pude sentir como sus ojos y cuerpo se paralizaba al verme. Sentía el mismo sentimiento, pero quería ir y correr de ahí, dejarla y no verla más.

Salí del hospital, tomando el casco de mi mano para poder colocarmelo. Me subí a la moto, giré la llave, ocasionando que el ruido del motor suene estruendoso. Puse mis pies en los aceleradores y comencé mi camino. Entre a las calles transitadas, era de anochecer. Las rutas, edificios, locales, estaban repletas de luces y personas. Fue envano aguantar mis ojos picasos, sentía como las lágrimas comenzaban a salir de mis ojos, al punto de consumirme y aguantar la velocidad a la que iba. Recibía tantas bocinas y quejas de los conductores al pasarlos, ganandoles el paso. Solo quería llegar y abrazar a Tom, quien era la persona que necesitaba ahora.

We are not just friends  .ᐟ  tkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora