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Habían pasado ya cerca de dos semanas, desde aquel día dónde Gyuvin pudo conocer a Ricky el chico había buscado día tras día nuevas excusas para poder ir a visitarlo, en cada visita él sentía que se acercaban más, Ricky era muy hablador y Gyuvin podía escucharlo todo el día sin parar.

Taerae y el señor Zhang habían salido en un viaje de negocios por lo que no regresarían hasta haber solucionado ese tema completamente, el joven pintor agradecía esto porque le daba las oportunidades que quería.

—Y listo, Ollie dime qué tal me quedó— preguntó el chico haciéndole una seña al menor.

—Está volviendo a su antigua calidad y eso es agradable.

—Pensaba llevársela a Ricky, pero si dices que no estoy listo debería intentarlo un poco más.

—Dejó de sentir hace mucho joven, ya sabe que lo que transmite una obra es lo que vive el artista, estoy seguro que lo logrará.

El más alto soltó un suspiro largo y verificó la hora en el reloj del saloncito, daban las cuatro de la tarde y la fiesta que estaban organizando los hermanos Zhang se daría en un par de horas, tenía que alistarse, nada formal.

—Guardaré todo esto, encárgate de alistar todo para la fiesta de hoy.

El chico asintió y salió de ahí, tenía que prepararle la tina al mayor, decidir la combinación de prendas, los zapatos y cualquier cosa que se le ocurriera querer tener o llevar a Kim.

Por otro lado Gyuvin guardaba sus pinturas y lavaba sus pinceles mientras dejaba a su mente divagar, se dejaba imaginarse así mismo viviendo la más apasionante historia de amor con cierto chico, pensaba en que podía hacer cuando estuviese en la fiesta y no sólo eso, sino también cruzaban por su mente cosas que podía decir, posibles situaciones y miles de cosas. Pensar en Ricky lo llevaba a pensar demasiadas cosas juntas por todas las emociones que este causaba, su ser hacía cortocircuito de lo desesperado que estaba por ocupar el lugar de Taerae.

Luego de un rato logró disiparse y alistarse para el evento, era algo que los chicos estaban haciendo por la ausencia de su padre y aunque habían dejado a Hanbin al cuidado de ambos y del orden de la casa este chico tenía una debilidad, una muy obvia de percibir.

Había logrado hablar con Hao en pocas ocasiones, era alguien bastante simple, no podía ver ese brillo especial que en su momento Hanbin me había mencionado. Era lindo, buena proporción y alguien agradable al charlar, era bastante listo y amaba mucho el arte, aunque él se dedicaba mucho a la
cerámica. Era interesante verlo a él y luego ver a Ricky, era obvio que eran hermanos y a la vez no. El mayor no era tan cautivante como el peli-negro.

Acomodó la ropa que Ollie había elegido, se veía bien y el gorro le daba cierto toque. Estaba satisfecho.

Cuando llegó al lugar ya había algo de personas, pasó directamente a la búsqueda de Hanbin, todavía no se acostumbraba a la convivencia con mucha gente y aun así estaba ahí por Ricky. Cuando lo vió sonrió en grande.

—Hanbin— llamó su atención.

—Creo que llegaste algo temprano o es que ya se está tardando mucho ese par.

—Puedo ir a buscarlos— se ofreció, no era la
primera vez que recorría la casa por completo.

—No... no te preocupes lo haré yo— y sin decir algo más Hanbin salió de dónde estaban.

.   .   .

Hanbin subió las escaleras algo apresurado entrando a la primera habitación que vio, Kim
le caía muy bien y tenerlo rondando en casa había sido muy gratificante para alguien como él que no era de muchos amigos precisamente, pero el hecho de que durante esas dos semanas haya ido tan seguido y al inicio con excusas tan tontas lo hacía dudar. No de mala forma, pero podía notarlo y escucharlo, la gente ya había empezado a especular sobre con cuál de los hermanos estaría.

Una relación con el encantador Hao o una aventura prohibida con Quanrui.

Y ambos lo enojaban. por su trabajo claro.

—Bin ¿Pasó algo?— se asustó por la voz inesperada, reaccionando pudo notar que estaba en la habitación del mayor de los Zhang.

Lo vió, el chico tenía la ropa media puesta. Lo veía con cierta preocupación y podía ver sus ojitos brillar. Tragó en seco, de todas la habitaciones tuvo que ser esa.

—N-no nada, solo que ya hay gente esperándolos y vine a avisarles.

—Te veías algo confundido, sabes que puedes decirme lo que quieras— el castaño se acercó mientras abrochaba su camisa —No sientas que puedes con todo Binnie— el chico terminó con su pecho chocando con el suyo, se agitó, él no le podía estar haciendo esto.

Si seguía con ese juego iba a perder, se había mesurado bastante, había aguantado cada cosa del chico por más ganas que tenía de simplemente joderlo en todos lados. Conocía su lugar, pero Hao siempre quería hacerlo perder las casillas.

Incluso cuando lo rechazó, él solo había dicho "Te gusto, lo sé".

—Distancia— lo empujó lejos de sí mismo —Iré por Quanrui, abajo en cinco minutos— soltó y salió de ahí.

Tenía que hablar con Ricky, era mejor ahora.

blue - ryuvinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora