La fiesta ya había iniciado y era prácticamente gente bebiendo y otro poco bailando, la gente moviendo sus pies al ritmo de las canciones mientras cantaban a todo pulmón notándose su disfrute, las chicas que estaban en el lugar meneaban sus caderas y sus faldas eran movidas en el lugar de aquí y allá. Era el ambiente que Hao amaba y por ello la había organizado también.
Al inicio Ricky bailó un poco con Gyuvin obligándolo a ir hasta el centro de la pista, ni si quiera sabía bailar, pero Gyuvin se sintió tan vivo como nunca al poder disfrutar del otro, su sonrisa no podía ser borrada. A pesar de ello lo que restó no lo vió decidiendo buscarlo por el lugar encontrándolo detrás de un gran arbusto en su jardín.
Estaba echado e imitó su posición llamando su atención, le sonrió y el peli-negro devolvió el gesto antes de volver a mirar el cielo.
—¿Qué haces aquí? la diversión está adentro y sin ti no es lo mismo— y era verdad pues Gyuvin no había vuelto a salir a bailar o interactuar con alguien.
—Sólo salí a respirar un poco.
Hubo un silencio cómodo, ninguno dijo nada, pero el que retomó la conversación fue el menor.
—¿Qué te hizo venir aquí?
No, no le iba a decir completamente sus motivos —Un amigo me invitó a pasar el resto del año aquí— y no era mentira.
—Eso es como todo el año— el menor rió, en ningún momento volteando a ver al contrario, su vista fija en el cielo —¿Y te gusta estar aquí?
—Mucho, creo que es lo que estaba buscando para volver a pintar como solía, todo, desde el paisaje hasta su gente es muy agradable.
Y con gente se refería a Ricky, a los Zhang. De todos modos no había hablado con nadie más, su atención estaba puesta en el lindo chico todo el tiempo. La primera vez que apareció en la casa del contrario sin ser invitado o con alguna excusa totalmente creyente Ricky estaba limpiando parte de su casa, no era como si debiera, pero el chico estaba muy aburrido sin hacer nada. Gyuvin sin dudarlo quiso ayudarlo, aunque Ricky se negara él insistía en que podía ayudarlo en lo que deseara ya que su visita se debía a lo mismo, no tenía nada que hacer.
Terminó limpiando ventanas, eran demasiadas y altas, nunca había hecho algo así, pero por pasar tiempo con el pelo-negro incluso limpiaría todo su techo colgado de este por más imposible que sonase.
—Sabes, Taerae me dijo que cuando nos casáramos iremos a vivir a Inglaterra— un latido pasó —No estoy seguro de si quiero dejar todo esto.
Gyuvin no sabía que decir.
—Hazle saber tu sentir.
—Lo hice, él me hace sentir mucha confianza así que puedo darle mis opiniones sin problemas— suspiró —Dijo que está recibiendo una herencia y que ya tendríamos una casa fija allá, además de ser la zona central de sus negocios. Prometió que si vamos podría venir muy seguido aquí también.
—Aún así es un cambio brusco de ambiente, tienes que estar dispuesto a empezar de cero ¿Lo quieres así?
El castaño pudo escuchar una risita del contrario, finalmente se dio la vuelta y ambas miradas se chocaron, la del mayor intimidando al peli-negro por su intensidad. Ignorar lo que transmitía no servía de nada.
—Conocí a Taerae en una fiesta, él me dijo que era tan lindo como uno de los cuadros que había en esa casa. Me pareció una comparación poco halagadora hasta que la vi. Era una tuya.
Sus ojos chocaban los unos con otros.
—Empezamos a encontrarnos luego en diferentes lugares, como si luego de conocerlo no pudiese dejar de verlo. Él es guapo, tan educado y mesurado, una contraria a lo que yo era en ese momento— sonrió recordando —Salimos unas veces hasta que yo como el chiquillo que era y motivado por impulsos terminé besándolo aquí mismo.
Entonces él había dado el primer paso.
—Papá nos vió y casi enloqueció, pero luego de conocer a Taerae me dijo que era el indicado. Ahora incluso siento que nos hemos complementado más, así no lo vea siento que puedo saber lo que está sintiendo.
—¿Lo amas?
No sabía de dónde había salido esa pregunta.
—Lo amo, cada parte mía se siente correcta.
De pronto los ojos de Gyuvin no estaban quietos, vió cada cosa del rostro contrario. No se podía ocultar lo obvio.
Ricky se sentó sacando de algún lugar un sobre. Era como si él supiera que no importara dónde estuviera, Gyuvin iría tras él buscándolo.
—Creo que pudo ser una mejor invitación, pero es linda— le extendió el sobre, no dudó en tomarlo de inmediato. Era la invitación para su boda.
En un mes.
—Espero poder verte ahí.
Por qué se sentía rechazado cuando ni siquiera se había confesado.
Sus ojos picaron, pero de su rostro salió una sonrisa.
El menor se levantó sacudiendo sus prendas, Gyuvin solo lo vió en silencio. La invitación era simple, pero muy linda. Entonces se casarían a finales de marzo, en invierno.
Ya podía sentir el frío tocar sus huesos de nuevo.
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blue - ryuvin
FanfictionPorque el cielo y el mar son más azules cuando uno está enamorado. - ‧₊˚ ⋅ ☾⋆。𖦹 °✩