FD8} Haerin es una campesina que por problemas en el campo debe de mudarse a la zona urbana, en tal zona conoce a Danielle, la cual la ayuda a adaptarse y sobrellevar su nueva vida.
▪︎ Danielle + Haerin = Daerin / Candyz.
▪︎ soft fanfic
▪︎ no 18+...
La chica de ojos gatunos se encuentra viendo su habitación y apreciando cada detalle de ella, pues, no volvería a verla. El pensar que debía ir a la ciudad la repugnaba, la tecnología avanzada, celulares, televisores, todo eso la perturbaba. Se dirigió rápidamente a la ventana y apreció por última vez la hermosa vista del atardecer con la que se despertaba todas las mañanas, observó de reojo un cuadro blanco y negro que tenía de cuando era pequeña montando un caballo, lo agarró y oyó como su madre la llamaba desde la cocina para subir al coche.
-¡Haerin-ah! ¡Ven, sube al coche, debemos de ir a Seúl!- Gritaba su madre desde la cocina.
La mencionada observó el cuadro y pensó en llevárselo, pero lo dejó allí tras mirarlo múltiples segundos.
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-Mamá, ¿por qué vamos a Séul?- Protestó Haerin.
-Haerin, no discutas, a tu padre le dieron un buen puesto de trabajo en una empresa, es un buen dinero...
-Pero, mamá, esto es complicado... Es un cambio rotundo para mí, es horrible...
-Hae, tenemos problemas tales como la sequía, no logramos tener una buena venta y producción para vender a Seúl, tenemos escasez de servicios básicos como la luz y agua, no tenemos agua potable y no vivimos bien... No vivimos en buenas condiciones y no hay buenos empleos. Sé que el cambio será rotundo y dificultoso para ti, cariño, pero deberás adaptarte porque ahora la zona urbana es tu nuevo lugar de vivienda.
Haerin se calló.
-Pero, fuera de eso estamos bien...
-Haerin-ah, si algo nos sucedía en el campo, moriríamos ahí mismo, no hay un buen servicio de medicina, no hay hospitales, la zona urbana es más segura sobre eso. En la escuela que te anotaremos hay más personas, en tu escuela solo había tres personas sin incluirte, no tenías amigos, aquí si tendrás... Dale una oportunidad, conseguirás amigos rápidamente.
Haerin no quiso seguir discutiendo, en cambio, se puso a ver el paisaje mientras intentaba mantener la calma.
-No creo que sea tan malo de todos modos... Hay que darle una oportunidad, ¿verdad?- Pensó ella.
Al instante se arrepintió y sintió nauseas de todo lo que le venía, teléfonos, tecnología, ruido, coches de aquí para allá, ¡un infierno!
En un abrir y cerrar de ojos ya estaban entrando a Seúl, nadie le avisó, se dio cuenta simplemente por la cantidad de ruido que había allí.
-Bienvenida a Seúl, Haerin-ah- Dijo su padre mientras colocaba música clásica en la radio.
-Esto será un dolor de cabeza- Pensó la chica de ojos gatunos al mirar a su alrededor.
