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BeomGyu sonrió en cuanto visualizó la silueta de cierto omega pelirrojo a la distancia. Su corazón se agitó ante la anticipación y mordió su labio inferior para retener la enorme sonrisa que quería surcar su rostro.

Oh, apenas habían pasado como cuatro días desde que él y TaeHyun estaban en algo y ya se sentía totalmente encantado por él.

Y no podían culparlo, joder que no, Kang TaeHyun era un omega encantador en todos los sentidos y era casi imposible no caer por él.

"Hola BeomGyu hyung" saludó el menor, una sonrisa de hoyuelos adornando su bonito rostro.

"Pensé que no vendrías, te veías exhausto hoy después de tu práctica" se sinceró el peliazul mirando con curiosidad y preocupación los parches que cubrían la nuca del pelirrojo.

Uh, esos eran para el dolor muscular, su pobre chico debía estar muy cansado.

"Nah, nada que un baño y unas pastillas para el dolor no puedan arreglar" respondió el más alto haciendo un ademán con su mano para restarle importancia.

BeomGyu le lanzó una mirada escéptica, sus ojitos achicándose y sus labios haciendo un mohín que demostraba su incredulidad ante las palabras dichas por el menor, pero no tuvo tiempo de replicar ya que unos suaves y gentiles labios de algodón le robaron un efímero beso que agitó a su enamoradizo corazón. El mayor parpadeo descolocado ante el inesperado besito, pero se permitió sonreír enternecido al ver como TaeHyun se ruborizaba ante su propia osadía para tomarle desprevenido.

Decidió dejar el tema por la paz y en cambio jaló a TaeHyun por el brazo para llevarlo hasta la banca de la parada de autobuses, dispuesto a hacer que tomara asiento en lo que su transporte llegaba y así evitar que se cansara más de lo que se veía.

Le hizo tomar asiento y enseguida se sentó a su lado, sus manos unidas en un flojo agarre que transmitía más de lo que las palabras podían. Y esperaron en silencio, aunque era un silencio cómodo y reconfortante pues TaeHyun era quien solía armar las conversaciones al ser el más parlanchín de los dos, pero ante su estado agotado BeomGyu decidió que estar en silencio sería perfecto.

Aunque la espera en silencio no duró mucho pues pronto el autobús arribó frente a ellos, así que pronto abordaron y tomaron asiento una al lado del otro. Ese día iban en una cita, una oficial siendo novios y si BeomGyu debía ser sincero sentía sus piernas temblar ligeramente por los nervios.

No era una cita extravagante ni costosa, era una salida al cine como cualquier otra cita cliché, pero para BeomGyu se sentía como la mayor hazaña de su vida. El recorrido hasta el centro comercial no fue largo, por lo que en menos de diez minutos habían llegado a su destino.

Ingresaron al centro comercial con sus manos unidas en un suave agarre, el gesto siendo tan natural e involuntario que ni siquiera se dieron cuenta de ello hasta que llegaron al cine. Se soltaron lentamente mientras soltaban una risita cómplice, se acercaron a la cartelera para decidir que película ver y cuando acordaron cuál se dirigieron a comprar los boletos.

Al entrar a la sala se ubicaron en sus lugares y se sentaron, las palomitas siendo sostenidas por BeomGyu mientras TaeHyun se encargaba de llevar las bebidas.

Pronto los anuncios previos a la película comenzaron a reproducirse y BeomGyu sonrió entusiasmado, pues era cierto que desde días atrás había querido ir a ver dicha película. Se acomodó mejor sobre su asiento y comió un poco de palomitas, la película empezando y la sala sumiéndose en oscuridad. BeomGyu se mantuvo así, con la vista clavada en la película con concentración y su boca moviéndose ligeramente al masticar las palomitas, hubiese permanecido así de no ser porque pronto su hombro sostuvo un peso extra que llamó su atención. Miró a un lado y observó el rostro de TaeHyun, que sin evitarlo se había quedado dormido sobre su hombro a mitad de la película.

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