𝐍𝐚𝐝𝐢𝐞 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐭𝐮́ | Levihan

La tormenta

El caos le encanta, a diferencia del desorden que sus soluciones es seguir las órdenes, el caos no las necesita. Y es que después sigue el desastre y ella era uno. Su vida era una completa miseria, era como estar atrapada en el fango y en lugar de mantenerse quieta para no hundirse, la tranquilidad se la tragaba. Cada noche miraba las estrellas, con cada latido se hundía más y sentía presión en todo el cuerpo. Una vida de excesos se paga así, repitiendo la noche una y otra vez.

Las estrellas y el cielo son los mismos cada noche pero ella no.

Una noche podía ser la alcohólica que al estar en abstinencia golpeaba a otros por una gota de vino. Y a la otra podía ser esa niña que lloraba escondiendo su rostro entre sus piernas.

A veces le dolía el cuerpo, no por la presión y no por lo frío del fango; Le dolía por lesiones antiguas, cicatrices internas y externas. Su mente la atormentaba a diario, era como repetir viejas memorias que no sabía de quién eran, las cuales se reflejan en el cielo y las estrellas se burlan de ella, y le escúpen en la cara.

El dios Dionisio, o quizá el mismo destino, se había fijado una vez en aquella joven. como no acepto sus halagos y su amor le dio un vino y la joven olvidó quien era, y tenía las manos cubiertas de polvo blanco. Las emociones eran un desastre dentro del caos. el destino se burlaba de ella , mientras tenía dos máscaras; Tristeza y vacío .. La joven, harta del sufrimiento, rompió las máscaras, ganándome la furia del destino. Por eso su mente estaba trastornada y rota, los recuerdos y memorias felices y tristes eran un rompecabezas y no se podía saber si eran genuinamente de ella o alguien mas.

Sin embargo, sentada en el sofá de aquel bar, Hange pensaba que todo aquello solo era productos de los momentos en los cuales se drogaba y en los que quería morir. Sus emociones no eran como fingir estar en una obra de teatro, sus excesos como las fiestas y las drogas o el alcohol eran un castigo divino.

Y es que su mente estaba tan rota que comenzó a crearse todo, La muerte, la luna.. El fango, las estrellas, las cicatrices. Todo, absolutamente todo era una farsa creada por ella al estar en un estado psicótico.

Como ella mismo decía "De una mente no te liberas, ni cerrando los ojos"

Hange Zoe, solo quería saber en que momento su mente se corrompió y arruinó su vida. Ah, claro, fue en ese momento.

5 de septiembre , de hace ya tantos años años, su cumpleaños 18 se celebró en grande y fue esa estupida fiesta de la que decidió escapar para encontrarse con su peor pesadilla, Aquel hombre rubio que juraba amarla pero no, todo era una vil mentira. . Su sufrimiento solo se acaba cuando pensaba en que le diría su madre, en que pensaría ella si aún estuviera viva y era cuando dejaba de hacerse daño. Pero lamentablemente comenzaba a olvidar, recordaba a su madre pero de ahí las memorias se volvían confusas, si ella intentaba buscar más allá sentía un dolor intenso de cabeza y la nariz le sangraba, la única manera en la que podía –medio– recordar sin sufrir alguna consecuencia física era cuando se drogaba. Su mente y cuerpo entraban en un modo de suspensión, sentía su respiración ligera, su cuerpo liviano y era como viajar en el tiempo; Así podía verla cada que quisiera, la única manera en la que mantenía viva a su madre, era en sus recuerdos. Pero para eso tenía que drogarse, ya fuera con algo simple, como en su tiempo fue la marihuana hasta lo más peligroso que fue la metanfetamina..

Hange gustaba de recordar a su madre, pues así creía que sabría cómo cuidar de Amelia pero no.
No supo ser una buena madre, cuando Amelia nació era muy débil, de bajo peso y prematura. Levi había estado con ella durante todo el embarazo pero aún así, no pudo asegurarse de que Hange no bebiera y mucho menos evitar que se drogara.

Levi no se dio cuenta pues al dejar la banda tuvo que buscar un trabajo como profesor de francés, así generaría dinero que ayudaría en los gastos del bebé, pero claro, Caesar y Carlo pagaron todo, los medicamentos, la casa.. y posteriormente el parto. Levi obviamente usaba el dinero para ahorrarlo y comprar cosas, Hange en todo ese tiempo estuvo diseñando sus preciadas prendas para una pasarela en Bruselas, por ende pasó días y noches en el Atellier, no comía adecuadamente y mucho menos descansaba.