Aemond se sienta a las afueras de su casa, a contemplar el cielo estrellado que se extiende sobre él, en la última noche del año. Toma una de las cervezas que llevaba consigo, la destapa y le da un buen trago. El sabor amargo de su bebida aumenta la misma sensación en su garganta, provocada por la furia y la rabia que lo embarga.
Su padre y su hermano mayor, pasan a su lado sin siquiera volverlo a ver mientras revisa el estado de sus nudillos lastimados. Sabe que esta vez el enojo de Viserys no será pasajero, que realmente la ha jodido y que lo que pasó con Aegon será un ítem más en su larga lista de reproches que tiene su familia contra él. La punzada en su cabeza se agudiza, mientras su conciencia le recuerda los ojos tristes y los gritos desesperados de su madre, mientras él golpeaba a su hermano mayor.
Ingresa en la casa para tratar de hablar con ella, llama a la puerta, pero no hay respuesta por su parte, aunque puede escuchar claramente los sollozos y lamentos que vienen desde dentro. El dolor y la angustia en su pecho aumentan, no soporta la idea de ser el causante de su llanto, insiste llamando a su puerta con más ímpetu pero sus intentos fracasan completamente.
Va por las cervezas que ha dejado sobre la barra de la cocina y se topa con su hermano menor y su novio, quienes lo miran con desprecio. Ignora los insultos que Daeron le propina desde su lugar, abre la puerta trasera de la casa y se tumba en una de las sillas haraganas.
Lucerys pedalea su vieja bicicleta con todas sus fuerzas, esquiva los baches de la calle, teme tirar el pastel de manzana que había horneado en la tarde. Sus ánimos crecen a medida se acerca a la hermosa casa perteneciente a los Targaryen. Baja de su bicicleta y la deja a un costado del aro de basquetball y se encamina al interior de la casa.
Su presencia en ese lugar es muy habitual, Lucerys y Daeron son mejores amigos, aunque las personas tendían a bromear con que formaban una de las parejas más hermosas de su clase.
Entra en ella sin llamar a la puerta, la escena que se encuentra en el interior lo deja completamente frío, sigue un rastro de sangre que parece terminar justo donde se encuentra de pie y la mesa central de la sala está completamente rota. La inspecciona a detalle y en los pocos trozos que quedan de la que fue una bella cubierta de vidrio también encuentra sangre. Va a la cocina y se encuentra con Daeron siendo abrazado por su novio Joffrey.
Al acercarse a Daeron, nota su aroma agrio y triste, a pesar de ser un orgulloso alfa, llora impotente por las acciones de su hermano.
- ¿Qué sucedió Daeron? -
-Aemond... -respondió Joffrey, visiblemente molesto.
-¿Él está aquí?, ¿Él es quien se ha herido? -le pregunta al omega castaño.
Daeron ríe con amargura.
-¡Él está jodidamente bien!No tiene ni veinticuatro horas en esta casa y ya agotó la paciencia de todos. Ya se ha peleado con papá, le destrozó la nariz a Aegon y ha hecho llorar a mamá desde que puso un maldito pie en esta casa - hizo una pausa.
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LOST HEAVEN || LUCEMOND
FanfictionEn la noche de año nuevo, Aemond y Lucerys; deciden dejarse llevar cada uno por sus propios sentimientos y se entregan a una noche de pasión que marcaría el inicio de su historia. Los personajes no me pertenecen a mi, son propiedad de George R.R Ma...