LOST HEAVEN || LUCEMOND

Capítulo 5: Too late

(Retomando desde el capítulo anterior)

— Ejem… —

Con una tos discreta llamó su atención, tal y como lo había hecho años atrás, Luke buscó los ojos grises de Cregan y este le preguntó:

— ¿Estás bien conejito?, te ves un poco pálido… — le susurró.

— Sí … no te preocupes Creg, creo que sólo es cansancio — respondió.

— Bueno en ese caso, después de clases te llevaré a tu casa para que descanses —

— No, no te preocupes… Me iré en uber directamente a casa —

— Tonterías conejito, me sentiré mejor si yo te llevo, no me gustaría saber que te ocurrió algo malo y yo no pude estar ahí para ayudarte. Yo te llevo a casa — le dijo, en un tono que no dejaba lugar para réplicas.

— Gracias Cregan… — le dijo, sonriendo para él.

Aemond miraba a la distancia el intercambio cercano de ambos y notó como un sentimiento similar a la furia comenzaba a crecer en su interior. Su alfa, al percatarse de que su omega tenía demasiado cerca otro alfa que lo miraba con ternura, comenzó a aullar y a rascar su pecho con fuerza queriendo tomar el control. Resistió el impulso de subir hasta donde se encontraba su chico, apartarlo y partirle la cara a ese follacastaños sin nombre que se había atrevido a acariciar el rostro de su omega.

Cersei se percató de los movimientos de sus manos, los cuales apretaba en puños con tanta fuerza que sus uñas se clavaban en sus palmas y sus nudillos se tornaban blancos; miró en la dirección que observaba y no vio más que a un par de chicos poner atención a las últimas explicaciones que daba Brandon.

Se le hizo extraña esa reacción en él, para ella Aemond siempre fué un alfa tranquilo y reservado, que aunque tuviera una mirada feroz y rostro intimidante, cuando llegabas a conocerlo era gentil, educado y muy respetuoso en el trato con los demás. Se acercó a él cuando el aroma del alfa tuvo un cambio tan brusco que comenzó a extenderse por todo el salón y a incomodar a los omegas que tenían al frente suyo,tomó una fuerte bocanada de aire y se acercó a él, aunque ella era una omega dominante, no dejaba de afectarle la intensidad de las feromonas de Aemond.

— Oye.. ¿Estás bien? — le preguntó

La mirada gélida del alfa se encontró con sus ojos verdes, las pupilas se habían contraido hasta verse como un pequeño punto negro en el precioso amatista de su mirar. Su omega sintió un escalofrío recorrerla completamente, amedrentada por la fiereza espantosa y airada de la misma.

— Sí… por supuesto — respondió, dirigiendo su mirada nuevamente al frente o al menos eso le pareció.

Cuando Brandon dió por terminada la clase, Floris se incorporó de su asiento para poder interceptar a Aemond antes de que se marchara del salón, necesitaba presentarse con él y darle una primera vista de la excelente pupila que tendría. Se plantó frente a él y extendió la mano, el alfa la miró impasible mientras ella esbozaba una sonrisa socarrona después de decirle su nombre.

Por cortesía y quizás con eso terminar la conversación le dio un suave apretón, ella tiró de él y lo acercó para saludarlo de beso en la mejilla como era su costumbre y aprovechando también para dejar sobre su piel pálida su aroma a vainilla oscura.

— Es un honor que seas mi tutor, sé que podremos entendernos muy bien —

— Mmm —

— Déjame que llame a los chicos, aunque como líder del grupo si gustas puedes entenderte solamente conmigo  —

Aemond miró a su alrededor y se percató que sus demás compañeros tutores estaban empezando a reunirse con sus grupos, miró en dirección al omega y se percató de que aún permanecía en su lugar y junto a él, el molesto  follacastaños. Un presentimiento lo invadió al percatarse que eran los únicos que no se habían integrado a los grupos que se formaron por lo que entendió que su castaño era su pupilo.