Capítulo 7 (FINAL)

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¿Sería posible que no hubiera sido mi imaginación? ¿Que mi hijo y su novia en verdad hubieran llevado a cabo un plan para que Javier se acostara conmigo? Esas preguntas me estaban volviendo loca, mientras miraba los rayos del sol entrar por mi ventana, después de haber sido incapaz de dormir un solo minuto.

Me levanté de la cama, haciendo un gran esfuerzo por ignorar la excitación que corroía mi cuerpo y humedecía mis bragas; tras haber pasado una larga noche en la que los recuerdos de aquel último encuentro, me torturaron presentándose una y otra vez en mi pensamiento.

Me puse una bata corta sin reflexionar demasiado en lo que estaba haciendo, abrí la puerta de mi cuarto, recorrí el pasillo y finalmente bajé las escaleras, llevada por el apetecible aroma del desayuno que Mary seguramente ya había preparado. Entré en la cocina para encontrarme con aquella cálida mujer que por tantos años había cocinado para mi familia, con tanto amor y devoción.

- Buenos días, Mary.

- Muy buenos días señora, hoy hice waffles; usted disculpará, pero es que con Javi en casa me acostumbré a prepararlos los domingos, y bueno, me dejé llevar por la costumbre, pero si gusta otra cosa...

- Estoy segura que te han quedado deliciosos, Mary - ella sonrió, pero en su rostro podía ver un dejo de tristeza que nublaba la radiante sonrisa con que siempre me recibía por las mañanas - ¿Pasa algo Mary? - ella me miró con una sonrisa triste en los labios.

- Ay señora, pues es que Javi es para mí como un nieto, y lo extraño mucho cuando se queda a dormir con la señorita Érika. Pero qué le voy a contar yo a usted, si usted es su madre, seguro que lo extraña mucho más que yo.

- Sí, lo extraño - dije, sin poder apartar de mi imaginación los recuerdos de la noche anterior - ¿Te dijo a qué hora regresaría?

- No señora, solamente me dijo que probablemente llegaría tarde - Mary se acercó a mí con un plato con tres waffles encima, bañados con miel y una abundante cantidad de frutos rojos.

- Dime Mary ¿Qué piensas de Érika? - noté que se puso tensa, era claro que el tema le incomodaba.

- Me parece una buena chica, señora; de hecho, y aunque no me correspondería decirlo, desde que Javi comenzó a salir con ella las calificaciones del muchacho han subido, su ánimo mejoró bastante y... bueno... - una sonrisa avergonzada se dibujó en los labios de Mary - por lo que he escuchado cuando vienen aquí, Javi es muy feliz con ella en la intimidad.

Aquello me provocó inicialmente una risa, pero un segundo después, recordé la escena de mi hijo siendo montado por Érika en el sillón de la sala. Una oleada de vergüenza me sacudió, al pensar que tal vez Mary había escuchado la clase de cosas que aquel par, solía imaginar cuando hacían el amor.

Nuestra charla se vio truncada por lo que aquellas palabras me provocaron; así que solamente me dediqué a comer los deliciosos alimentos que Mary me había preparado, mientras mi imaginación continuaba su interminable viaje, navegando por el mar de la tortuosa especulación, con respecto de aquellos eventos que me tenían tan agobiada.

Mary no hizo el intento de recomponer la plática. Era una mujer tan lista, que seguramente se dio cuenta de que algo pasaba con tan solo mirar mi actitud.

Continué comiendo hasta que repentinamente la puerta de la entrada se escuchó: mi hijo había llegado a casa. Mi cuerpo comenzó a vibrar ante los nervios que lo embargaron, sabiendo que Javi estaba a punto de presentarse ante mí; sin embargo, no estaba lista para confrontar a mi hijo, ni para que me revelara que él había sido el hombre que me hizo suya en aquel hotel barato.

- Hola chicas, lindo día - dijo a mis espaldas, antes de entrar en la cocina y besar mi frente.

- ¡Hola Javi! - dijo Mary, cuando lo miró dentro de la cocina, parado detrás de mí - pensamos que vendrías más tarde, ¿Ya desayunaste hijo?

Laura: amor de madreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora