1. Jamás

517 54 16
                                    

Cuando se conocieron solo tenían catorce años, Feng Xin era el guardaespaldas del príncipe heredero y él era otro sirviente más del montón. Al principio todo era normal, cumplía sus tareas en silencio e igual que siempre no tenía la necesidad de dirigirle la palabra a Feng Xin, de todas maneras no le interesaba.

Sin embargo, los años los unieron poco a poco, en parte Xie Lian era responsable de ello pues usualmente trataba de que ambos se llevasen lo mejor posible, Mu Qing jamás estuvo muy convencido de ser amigo de Feng Xin y mucho menos de Xie Lian, estaban en un nivel totalmente distinto al suyo. Xie Lian era nada más y nada menos que el príncipe heredero y Feng Xin su respetado guardaespaldas que también era estimado por los reyes de Xianle, pero Mu Qing, él solo era un sirviente, si desaparecía a nadie le importaría y él lo sabía perfectamente, no importaba cuantas veces Xie Lian lo tratase como un amigo.

Pero recién cumplió sus diecisiete años, Feng Xin lo sorprendió en los lavanderos con una confesión que jamás imagino.

El guardaespaldas estaba nervioso, su cabeza permaneció baja durante todo su discurso, tartamudeo en más de una ocasión y sus manos temblaban un poco.

Mu Qing quiso pensar que se debía al frío de la noche.

—Y sé que quizás no sientas lo mismo y puedo entenderlo, pero... ¡Tú de verdad me gustas! Estoy hablándote desde mi corazón y siendo totalmente honesto. Mu Qing, estoy enamorado de ti. No tienes que darme una respuesta ahora, pero quería que supieras la verdad— Ni siquiera había logrado comprender las primeras cosas que había dicho Feng Xin, simplemente no podía procesar la información.

—No te creo nada, ahora déjame seguir con mi trabajo y lárgate.— Y Mu Qing le dió la espalda a Feng Xin nuevamente para seguir lavando.

Pero Feng Xin no permitiría que Mu Qing pensará que solo estaba jugando, no después de abrir su corazón para él, así que lo tomo al más bajo del hombro haciendo que se dé la vuelta y quedando casi frente a frente, aun así, Mu Qing no lo miro directamente y mantenía su cabeza a un lado, todo con tal de que Feng Xin no viera el sonrojo que ahora teñía sus mejillas y claro que Feng Xin vio a perfectamente ese sonrojo en su piel pálida, pero decidió no hacer comentarios al respecto.

—¿Por qué crees que te mentiría?

—Porque eres un imbécil.

—¿Eso piensas de mí?

—Si.

—Bueno, quizás tengas razón y yo sea un imbécil, pero soy un imbécil que está enamorado de ti y sé que hemos tenido malentendidos antes... pero ya no quiero que tengas una idea equivocada de lo siento por ti y mucho menos quiero seguir peleando contigo. Mu Qing, jamás había sido tan honesto antes, de verdad me gustas.

Mu Qing no pudo responder a eso, solo quería que Feng Xin lo dejara solo para irse a su cama y gritar en la almohada.

—Mu Qing, por favor dame la oportunidad de cortejarte.

—¡¿Qué!? No soy alguien importante como para que pretendas cortejarme ¡Y-ya detente con esto!

—Eres importante para mí.

Mu Qing suspiro y se dió la vuelta. —Haz lo que quieras, no me interesa.

Y Feng Xin sonrió antes de irse de los lavaderos, cortejar a Mu Qing no sería trabajo sencillo ni para un Dios, pero él no perdía nada con hacer el intento.

Las próximas semanas después de la bochornosa confesión de Feng Xin, Mu Qing trato de seguir con su rutina con normalidad, pero era imposible no prestar atención a los detalles en las acciones de Feng Xin; Cuando iba cargando cosas por el palacio siempre lo ayudaba, le abría la puerta, lo acompañaba a almorzar casi todos los días e incluso le llevaba alguna flor que encontraba cuando salía a pasear con Xie Lian.

Una eternidad sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora