PRÓLOGO

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Lo único que Chanyeol podía oír con claridad era su respiración agitada dentro del casco y el golpeteó de su palpitación en los oídos. Estaba nervioso y ese no era un buen día para dudar de sí mismo.

Apretó las manos en el manubrio, cerró los ojos y respiró despacio para calmarse, conocía la ruta de memoria, podría correrla con los ojos cerrados y ninguno de los otros competidores era rival para él. Excepto Jerry, el maldito ya le había ganado una vez y de haber sabido que también correría esa noche no hubiera apostado toda su vida por el triunfo.

Estaba desesperado y eso lo desconcentraba; antes de verlo acomodarse en el punto de partida con su motocicleta lujosa, su ropa ajustada y el casco polarizado, él se estaba riendo de sus rivales, ninguno le daba la talla, ya los había hecho polvo a todos y por eso él era el gran favorito de la noche, las apuestas estaban servidas, Loey sería el primer lugar y Kai sería el segundo, de nuevo, como había ocurrido la última docena de veces.

Y precisamente hoy no podía perder, todo lo que más le importaba en el mundo estaba en juego, era demasiado dinero, si perdía, no solo iban a matarlo por no poder cubrir el pago, sino que dejaría a su mamá y a su hermanito completamente desamparados. No, esa no era una opción, Chanyeol sacudió la cabeza despejando su mente y concentrándose en el asfalto, debía confiar en sus habilidades, la pista tenía un tramo en terreno destapado y esa era su ventaja, muy pocos podían mantener el paso como él.

Jerry era un chico rico del extranjero que ni siquiera hablaba el idioma, eso le habían dicho. Nunca se había tomado la molestia de interactuar con ellos o celebrar, nada, solo era un maldito presumido que había llegado unos meses atrás con su motocicleta modificada y arreglada por Chen en persona, costaba una verdadera fortuna y era la envidia de muchos, pero su piloto solo aparecía en las carreras importantes. Se hizo a una reputación al ganarle a Loey en su tercera aparición, hazaña que no habían conseguido ni los corredores más asiduos.

Ya llevaba dos meses sin aparecer y llegaba esa noche de la nada, no había corrido en las carreras de clasificación, así que debió pagarle una cifra muy alta a Chen para que él le permitiera correr la gran final. Era una jodida trampa, pero claro, las carreras ilegales no tenían una regulación establecida, no era como si pudiera ir a reclamarle a los jueces por la justicia del evento.

Cálmate, Channie, hasta aquí te escucho respirar agitado ─dijo Minseok a través del auricular─. No te preocupes, tú eres el mejor. No tengas miedo.

─No tengo miedo, solo me revienta las bolas que dejen correr a ese imbécil.

Bueno, no es como si pudiéramos reclamar. Deja tu rabia para después, ahora debes concentrarte, las calles del tramo de tierra estarán muy oscuras, no hay iluminación, debes aprovechar esa ventaja, nadie conoce este circuito mejor que tú.

¿Y para mí no hay ánimos? Yo también compito. ─replicó Jongin quejándose como un niño.

─Para ti no hay premio si ganas, el hermoso se va conmigo esta noche. ─contestó Chanyeol con sorna y un poco más relajado.

No sabía que mi trasero también estaba en la mesa de apuestas. ─exclamó Minseok con fingida indignación, dejando que la risa se filtrara en su tono.

─Cariño, jamás me arriesgaría a compartir tu delicioso trasero, pero prometiste que si ganaba hoy, me dejarías hacer lo que quisiera contigo, y ya compré un par de esposas y un látigo muy bonito.

Demonios, no quería saber nada de eso, ¿ahora cómo me quito la imagen mental de ustedes dos follando? Puagh. ─alegó Jongin riéndose de sus amigos.

Los otros dos también rieron, la tonta conversación le ayudó a Chanyeol a olvidar sus preocupaciones por un momento, debía enfocarse en la carrera y ya luego, dependiendo del resultado, vería cómo afrontar las consecuencias.

💘La Mentira más Dulce💘  [Serie Almeida - Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora