¿Y esta carne?

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Pov Michael


Me despierto a las 7 de la mañana, aún tengo una gran cantidad de sueño pero tengo cosas que hacer. Primero lo primero, ir a la tienda a comprar algo de comida extra para los residentes a los cuales no les dan de comer... eso incluye a los hermanos Graves, Andrew y Ashley.

Hice la rutina matutina nuevamente, bañarme, cepillarme los dientes, vestirme y esas cosas. Estaba por irme a la tienda, pero decidí escuchar la radio primero, parece que hubo una noticia de la cual me perdí anoche.


"Buenas noticias una vez más"

"Algunos de ustedes habrán oído de sus seres queridos, que ha habido escasez de alimentos en los hogares de cuarentena"

"¡Bueno, nos complace anunciar que todo eso ha sido solucionado!"


- (No creo que eso sea cierto) - Pensé para mis adentros muy desconfiado.


"Oh esa nota, nos gustaría recordarles a todos que no entren en apartamentos contaminados. No, tus amigos no necesitan nada de ti. Todo esta bajo control"

"Si aún sientes el impulso de ayudar, el personal te administrara una bala directamente en el cerebro como agradecimiento"


- (... ¿Me estas jodiendo?) - Pensé para mis adentros muy asustado, un escalofrió me recorrió la espalda.


"¡Espero que eso aclare un poco las cosas!"

"¡Pasamos a la siguiente historia! Un nuevo museo de arte sera..."


Apague de inmediato la radio, no soporto escuchar más barbaridades y tampoco soporto la voz de ese maldito. Me mire al espejo por un momento, decidí peinarme y en vez de tener el pelo suelto, mejor quise tenerlo recogido en una cola de caballo, no me veo tan mal, supongo. Fui a la tienda e hice algunas compras de comida: unas pocas frutas, pan, queso, carne, vegetales y unos dulces. Ya con eso es suficiente.

Al regresar a casa, hice algunos sándwiches, los ordene en toppers, los coloque en orden junto al resto de comida envuelta en aluminio y antes de salir a trabajar, me dispuse a limpiar mi casa de arriba a abajo. Cuando termine, agarre mi mochila junto con la debida protección: mascarilla, guantes, desinfectante. Todo listo.

Llegue al apartamento donde trabajo como psicólogo y al terminar las terapias con aquellos residentes a los que no les dan comida, les daba sándwiches, unas pocas frutas y dulces. Estaba por entrar al apartamento 404, pero un guardia me topa el hombro por detrás.


- Hey, estas jugando con fuego, amigo - Exclamó el guardia muy serio - ¿Estas buscando ser despedido?


Me puse nervioso, ¿Qué podría responder al respecto? Tenia que haber una manera de que no me despidan, después de todo, solo busco ayudar a los residentes... un momento... esa nota de ayer... la chica del 302...


- ¿Y qué hay de ustedes? ya saben, sobre la chica del 302 - Al mencionar a esa chica, el guardia se puso nervioso - A ella si le dan comida, ¿Se puede saber el por qué?

- N-no se de que.... estas hablando... - Tartamudeo el guardia, sudando frio y desviando la mirada, se notaba que estaba mintiendo, yo solo procedí a poner los ojos en blanco por la hipocresía de estos trabajadores.

Nuevo trabajo, nueva vida de mierdaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora