Pequeña Liebre

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Nos encontramos, pequeña liebre,

Y aquí comienza nuestro recorrido.


Haces que mi corazón lata tan fuerte...

Llenas de adrenalina mi sangre,

Mi boca chorrea en ansias

Cuando veo tus patas largas frente a mí.


Empiezas a huir, ¡qué veloz!

A veces pienso que quizás no sería capaz de tocarte, pero

Ambos nacimos para correr:

Tú de mí, y yo detrás tuyo.

Y a mí me enseñaron a alcanzarte,

Y a tí a usar tus fuertes patas hasta que ya no puedas más.


Pequeña liebre, saltando entre la nieve

Vamos tan rápido que los árboles se desvanecen a nuestro alredededor,

Incluso el cielo ya no se puede ver, solo tu suave cola blanca agitándose.

Mis pisadas aplastan las huellas que dejaste,

Y el viento me silba que te atrape.


De a momentos me pregunto...

¿Me odias, pequeña liebre?

Mis garras están cada vez más cerca de tu lomo,

El sabor de tu piel mi lengua ya casi lo puede sentir,

Pero, pequeña liebre, por favor no me desprecies.

No creo que pudiera soportarlo.

¿No disfrutas acaso de correr?

¿No sientes la misma adrenalina que yo...?


Sé que esto no tiene el mismo final para tí que para mí, y lo siento

Pero te deseo, y te necesito

Y tú también me necesitas.

Las liebres mueren jóvenes, después de todo.

Este es nuestro encuentro,

Y nuestro debe terminar.


Alcanzo tu pelaje, tan cálido y suave como lo imaginé,

Hasta tus músculos son blandos,

Preparados desde tu nacimiento para ser atravesados.

¿Ahora entiendes que es lo que debo hacer,

que es nuestra obligación?


Pequeña liebre, nuestro tiempo juntos fue breve,

pero tan importante como la naturaleza misma.

Nacimos para correr

Y nuestro recorrido nació para acabarse.

Adiós, querida liebre

Algún día nos encontraremos de nuevo,

Junto al lago de luna en el cielo azul

Ambos seremos polvo,

Y ambos correremos,

Hombro con hombro,

Junto al viento susurrante.

Pequeña liebreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora