No podía seguir haciéndome daño, aunque quien se fue, fuiste tú. Cuando tú no tenías ningún motivo para hacerlo, pero lo hiciste. Quién debía irse era yo, desde que tú empezaste a cambiar ya no podía seguir ahí me hacía daño porque por mucho ruido que hice nunca escuchaste, Y sino me fui antes, fue porque no sabía cómo hacerlo o quizás esperaba algo, algo de ti, Pero no, aún no tenía el valor para irme aunque hace tiempo ya había hecho las maletas y había dejado de hacer ruido, Pero cuando tú te fuiste me ahorraste tener que dar explicaciones por las cuales me iba y por así decirlo, me ayudaste a no seguir ahí, lastimándome. Aunque me ha dolido tu partida y te he extrañado, he hecho hasta más no poder para no escribirte... lo he logrado, aunque me ha costado, Pero, ya te dejé ir.
ESTÁS LEYENDO
Cartas sin buzón de destino
RomancePor si te preguntas ¿cuál es la persona a quién serían destinadas estas "cartas"? La respuesta sería a todos ustedes, a todos los que se identifican con mis escritos. No necesitan saber si lo que está escrito es basado en hechos reales, pero por si...