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𝔖us delgados brazos cubiertos por las mangas de un buzo suave y caluroso abrazaban sus piernas en un pantalón deportivo igual de confortador. Sin embargo no podía sentirlo, pero le gustaba vestir conforme a la estación del año.
El sol tocaba la tierra con sus rayos cálidos de otoño mientras uno de ellos se colaba en un pequeño espacio que las cortinas de la ventana no lograban cubrir.
Anhelaba el hecho de sentir el sol sobre su piel, lo recordaba como la mejor sensación de estar viva. Extrañaba poder sentir tantas cosas que la mayoría ya las había olvidado.
Sarah observó las partículas en el aire cómo se movían al rayo del sol, alzó una de sus manos lentamente y suspiró cuando estiró uno de sus dedos hacía la luz. Sintió el calor en su dedo índice y sonrió. Sus ojos se iluminaron de repente, ¿Así era como recordaba su tacto?
Una punzada de dolor le recorrió la mano y la piel comenzó a descuartizarse de a poco, mientras observaba cómo se ponía de un color rojo intenso; y cuando no pudo aguantar el dolor separó su mano de la luz rápidamente y la acercó a su pecho haciendo presión con su mano aún sana.
Hace tiempo había entendido qué aquello no volvería a pasar, el poder sentir su calor. Los batidos de Clarissa solo la ayudaban a poder caminar bajo el sol pero no podría volverla a la vida para que su piel se erizara a su contacto.
Abrió los ojos y frunció el ceño al observar su dedo. Lentamente su piel comenzó a reconstruirse, célula por célula. Su regeneración seguía funcionando, pero era débil. La herida que le había provocado el sol en su antebrazo aún seguía allí provocando dolor cada vez que la ropa le rozaba la zona.
Se puso de pie y salió de la habitación que Clary le había acondicionado para ella, aunque solo la utilizara para estar a solas. La mayoría de las noches no dormía, solo sé colocaba en la ventana, con su cabeza sobre sus rodillas, y observaba la luna, pidiéndole deseos qué nunca sé cumplirían, para mas tarde verla esconderse detrás de los árboles y comenzar a ver los rayos del sol iluminando el bosque Hood a lo lejos.
Años atrás el bosque Hood había sido un excelente lugar de caza, pero luego de que el Comité prohibiera la caza de hombres lobos ellos se apoderaron del lugar. En concreto la manada de Astrid Wolcott. Era la mujer lobo mas joven que alguna vez hubiera llegado a ser alfa de una manada. Durante años no sé tenía consideración sobre las mujeres lobo para ser líder; pero ella lo había conseguido, llevándose consigo todo el respeto que los demás licántropos le tenían, aunque no le importó descuartizar a unos cuantos de los suyos en el proceso. Era una mujer decidida, fuerte e inteligente, pero a la vez era un monstruo, y no por lo que se convertía, sino por todas las historias que se rumoreaba de ella, si todo lo que sé decía era verdad el Comité estaría en infracción dejándola suelta y dirigiendo una manada de licántropos asesinos.
Sarah recordó la primera vez que la vio. Su cabello rubio era largo hasta su cintura y sus ojos eran como dagas frías, su figura era erguida, alta y provocaba algo de intimidación. Era comprensible que todos la respetaran y quisieran ser parte de su manda. Imponía respeto sin importar la clase de oscuro que fueras. Sarah solía pensar qué Astrid tenía al Comité comiendo de la mano, por ello cada vez que ésta hacía algo indebido nunca se llevaba ningún tipo de acusación ni sanción por sus atrocidades.
Se puso de pie y caminó por el pasillo hasta llegar a la puerta de la habitación de Charlie. Aún dormía, con sus frazadas casi cubriendo su cabeza. Solo podía divisar sus ojos cerrados y relajados.
Sintió una brisa chocarle el rostro y alzó la mirada mas allá. Las cortinas de la habitación flameaban incesantemente y frunció el ceño. Se adentro tratando de no hacer ningún tipo de ruido y cerró la ventana con delicadeza para trabar con el seguro, observó por ella algún rastro de algo pero no había absolutamente nada, hasta que divisó el marco blanco de la misma, pequeñas marcas de tierra la manchaba y a su vez manchaba la alfombra del suelo. Se dirigió a la puerta y observó a Charlie por última vez, tal vez solo había sido el viento.
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In Your Blood
Fantasy༻✧༺ Sarah intenta esconder y mantener al margen su propia naturaleza y proteger a Charly en el intento, pero cada vez será mas difícil, cuando comienzan a suceder cosas que ninguna puede controlar y a su alrededor una tormenta comienza azotar en sus...