Basada e inspirada en el cuento original de La Sirenita, así como su versión animada del ratón.
𝘌𝘭 𝘙𝘦𝘺 𝘥𝘦𝘭 𝘰𝘤é𝘢𝘯𝘰 𝘭𝘰 𝘩𝘢 𝘥𝘪𝘤𝘩𝘰 𝘴𝘪𝘦𝘮𝘱𝘳𝘦, 𝘦𝘭 𝘮𝘶𝘯𝘥𝘰 𝘥𝘦 𝘭𝘰𝘴 𝘩𝘶𝘮𝘢𝘯𝘰𝘴 𝘦𝘴𝘵𝘢 𝘱𝘳𝘰𝘩𝘪𝘣𝘪𝘥𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘤𝘶...
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La servidumbre en palacio murmuraba y susurraba sobre la peculiar búsqueda que mantenía al Príncipe Jeno muy ocupado de sus verdaderas responsabilidades reales.
—Te lo digo yo, esta empeñado en encontrar a la persona que lo salvó. —dijo una de las señoras lavanderas.
No había mejor hora de "informarse" para ellas que el momento que les tocaba hacer la lavandería a todas juntas.
—Hay algunos rumores, dicen que fue un chico quien lo salvó de ahogarse. —contó otra de las señoras mientras lavaba la ropa del príncipe.
Los quejidos de asombro sonaron al instante. Era imposible que el Príncipe Jeno estuviese obstinado en la búsqueda de un chico, debía ser una mujer pues según sus creencias, era lo más lógico.
—¿Un chico? Yo creo que tragó mucha agua salada, a esa playa solo puede entrar la familia real y compañía. —dijo una más vieja—¿No una de las Princesas del Norte llegó recién para conocerlo? Seguramente fue ella.
—Cree lo que quieras. Doyoung esta estresado porque el Príncipe sigue ignorando a su madre y decidió enfocarse en la búsqueda de aquel que lo salvó. —la segunda señora contaba con tanto entusiasmo que el resto de la servidumbre solo escuchaba—Esta muy seguro que fue un chico.
—Sigue siendo raro que el Príncipe ponga tanto interés en un chico, lo entendería más si se tratara de una chica. —bufó la vieja tallando con más fuerza la tela.
—Sí, no es normal ignorar a la Reina por encontrar a alguien, mucho menos a un chico.
—Esta pronto a tomar el trono, ¿no? Debería enfocarse en encontrar a una princesa que desposar antes de encontrar a un plebeyo cualquiera.
Las otras mujeres que estaban muy calladas escuchando al fin se permitían opinar, revelando un cierto disgusto hacia las acciones que su alteza real estaba tomando.
—Pues yo creo que sí debería encontrarlo. El Príncipe Jeno es muy bondadoso, gentil y amable, si aquel plebeyo le salvó la vida y quiere encontrarlo, que lo haga. Él es muy agradecido y no se quedará tranquilo hasta decirle las gracias correctamente. —dijo con firmeza aquella que contó a las demás los rumores—Ya después puede buscar esposa, si es lo que él desea.
No solo eran las lavanderas que últimamente se encontraban cuestionando al Príncipe Lee, sino también aquellos que aconsejaban a los Reyes, insistían en que era momento de ser "mano dura" con su alteza real.
—Los rumores corren muy rápido majestades. No es posible que su alteza el Príncipe Jeno, este dedicando varios recursos de la nación para buscar a un chico que probablemente ni siquiera exista. —se quejó el Comandante de la Marina.
—Ignora los recursos, ¡la razón por la que esta gastando tanto es desconcertante! —contestó el consejero de la Reina—¡Esta buscando a un hombre como él!
