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Miedo.
Esa era la palabra perfecta para describir lo que aquellos dos jóvenes e inocentes amigos estaban sintiendo ante la presencia de Tritón.
—Soy un rey sabio y razonable...
La oscuridad de la cueva desapareció sutilmente gracias a que el enorme tridente comenzaba a irradiar lentamente. El Príncipe Jaemin con su delgado y diminuto cuerpo intentó cubrir la estatua que su amiga le había regalado.
—Papá...—contestó Nana aterrado ante su presencia.
—Toda criatura del océano sigue y obedece mis reglas, que existen para protegernos—gritó Tritón y el tridente emanó un estruendo que asustó a los mas jóvenes—. ¡¿Y TU LAS DESOBEDECES?!
Jaemin apretó con fuerza sus ojos para evitar mostrar miedo ante su padre, Lizzie se escondió de inmediato entre las piedras del sitio secreto y Sebastián observaba la discusión con arrepentimiento de haber llamado a Tritón.
—Papá, yo...
La aguada voz de Jaemin fue interrumpida nuevamente por los gritos del Rey de los Siete Mares.
—¡¿TE ATREVISTE A SALVAR A UN HUMANO DE QUE SE AHOGARA?! —gritó Tritón y golpeó su tridente sobre la piedra debajo de él.
—¡Tenía que hacerlo! —contestó Jaemin defendiendo su decisión.
—¡ESTA PROHIBIDO TODO CONTACTO CON LOS SERES DE LA SUPERFICIE! ¡LO SABES MUY BIEN JAEMIN! —gritó Tritón desesperado por el riesgo que su hijo mas joven había tomado.
—¡Pudo haber muerto, papá! —nuevamente se defendió Jaemin.
—¡UN MALDITO HUMANO MENOS DEL QUE PREOCUPARSE! —respondió el Rey de inmediato harto de las respuestas de su hijo.
La contestación de su padre lastimó el alma del pequeño tritón, pues de tan solo imaginar aquel suceso su corazón se estremecía en tristeza.
—¡Ni siquiera lo conoces!
La discusión parecía interminable. Por cada regaño que Tritón le daba a su hijo, este respondía firmemente defendiendo su peligrosa decisión.
—¡NO NECESITO CONOCERLO! ¡SON TODOS UNAS BESTIAS! ¡DESECHAN SU BASURA QUE TE GUSTA COLECCIONAR EN NUESTRO HOGAR! ¡CAPTURAN MIS SUBDITOS PARA SU DIVERSIÓN O INCLUSO PARA DEVORARLOS!
Tritón se acercó a su hijo y este se escondió detrás de la estatua de aquel príncipe humano como si fuese su escudo que lo protegería contra su padre.
—¡Él no es así! ¡No hables de él así! —defendió Jaemin de inmediato.
—¡NO TIENEN SENTIMIENTOS! ¡SON PEORES QUE MONSTRUOS! ¡SON BESTIAS!
La furia del rey no podía ganarle al corazón del menor de sus hijos. Jaemin estaba siendo valiente al responder y mantenerse leal a sus sentimientos.
—¡No me importa si es una bestia!—respondió Jaemin molesto sin pensar en sus siguientes palabras—¡YO LO AMO!
En cuanto esa frase abandonó sus labios, Jaemin se dio cuenta del terrible error que había cometido, buscó refugio sujetando la estatua del humano Jeno y escondiéndose detrás de esta.
—¡¿QUÉ HAS DICHO?! ¡ES UN HUMANO!—contestó el Rey lleno de furia nadando hacia su delgado hijo—¡TÚ ERES UN TRITÓN! ¡MI HIJO JAMÁS ESTARÁ CON UN HUMANO!
Jaemin ignoró a su padre, no le dio respuesta alguna y se aferraba a la estatua del príncipe, era reconfortante de cierta forma. Lo hacía sentir seguro.
—Eso es lo que consigo por permitir todos tus caprichos y juegos. —murmuró Tritón mientras su tridente comenzaba a iluminarse mucho mas.
Jaemin se percató de la repentina luz, salió de su pequeño escondite y observó a su padre destruir todo lo que había recolectado con curiosidad y amor del mundo exterior.
—¡NO! —gritó Jaemin nadando hacia él— ¡Papá, detente! —suplicó intentando sujetar el tridente del Rey.
—¡Solo así aprenderás! —gritó Tritón apartando a su hijo con brusquedad, lo empujó con fuerza detrás de él y apuntó su tridente contra la estatua del Príncipe Jeno.
—¡NO! ¡POR FAVOR! —rogó Jaemin en un grito que desgarró su garganta, pero fue demasiado tarde.
La estatua del príncipe humano explotó en miles de pedazos, borrando el único recuerdo que tenía del rostro del hermoso hombre al que había salvado. Jaemin nadó desesperado hacia los escombros de esta, pero era inútil, ya no había rastro de ella.
Bastaron solo unos segundos para que su padre destruyera su ilusión y sus tesoros. El amor del delicado corazón del Príncipe, cedió ante la furia de un preocupado padre, creando tristeza en el corazón de Jaemin.
Así como su corazón, el pequeño tritón se dejó hundir hacia el fondo de su sitio secreto, sollozando por el terrible reaccionar de su padre.
—Deja de hacer tus berrinches, eso solo lo hacen los humanos. —bufó Tritón y sujetó a su hijo por sus hombros.
—¡Déjame! —chilló Jaemin apartando con brusquedad la mano de su padre, se alejó lo suficiente y salió nadando por encima de él.
Pero Tritón era un rey sabio y guardias reales ya lo esperaban en la salida, frustrando así la huida del menor de los príncipes.
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The Little Mermaid ♚ NOMIN ♚
FanfictionBasada e inspirada en el cuento original de La Sirenita, así como su versión animada del ratón. 𝘌𝘭 𝘙𝘦𝘺 𝘥𝘦𝘭 𝘰𝘤é𝘢𝘯𝘰 𝘭𝘰 𝘩𝘢 𝘥𝘪𝘤𝘩𝘰 𝘴𝘪𝘦𝘮𝘱𝘳𝘦, 𝘦𝘭 𝘮𝘶𝘯𝘥𝘰 𝘥𝘦 𝘭𝘰𝘴 𝘩𝘶𝘮𝘢𝘯𝘰𝘴 𝘦𝘴𝘵𝘢 𝘱𝘳𝘰𝘩𝘪𝘣𝘪𝘥𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘤𝘶...