Cuando la vida te pesa,
las heridas de la infancia no cicatrizan
y el corazón grita,
dormir es la única salida de emergencia.
Tres veces atenté contra vida,
tres veces fallé,
confieso que siempre he querido vivir,
solo busco dejar de sentir.
•••
(No...
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Cuando era niña, soñaba con que Peter Pan viniese por mí. Salía al balcón a mirar el cielo, esperando ver algún destello, una señal de que existe. Rogaba que me llevara a su mundo, para que mis padres dejaran de discutir, que quién se va, que quién me lleva, convenciéndose el uno al otro del por qué no pueden. Estaba cansada de escuchar esa voz en la madrugada que me orillaba a lanzarme por la ventaba con la propuesta de que así se acabarían los problemas. Cada noche repetía que creía en las hadas, esperando que campanita se apiadara a venir, pues te juro que yo deseaba vivir, y, quizás en la segunda estrella a la derecha, directo al amanecer, estaba el sitio para mí. Por fin dejaría de arrancarme las pestañas para desear crecer, escogería un nuevo nombre, practicaría una sonrisa. Y, tal vez, después de un tiempo, regresaría, solo para asegurarme de que sí se olvidaron de mí, para por fin ser feliz.
Aún te espero, Peter.
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