Bastarda

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La despedida con su hermano había sido muy rápida, el se había disculpado por dejarla. Y muy a su pesar Jeanne lo dejó ir, Jon jamás dejaría de ser su hermano. Miró el camino desde la parte de atrás del carro, iba con sus hermanas, Sansa cantaba una melodía mientras Arya permanecía a su lado con el ceño fruncido, la septa estada durmiendo plácidamente, Fiera y Nymeria estaban recostadas una sobre la otra, descansando. Parecían hasta aburridas mientras Dama permanecía acostada junto a su dueña.Arya y Jeanne tenían algo en común, no soportaban a Sansa.

- Hermana- Arya la llamó, y la de ojos violeta giró su vista hacia ella - Cuando hagamos una parada ¿Me enseñas a usar una espada?

- No creo que deba Arya..

- Pero - la tomo de la falda - ¿Porque padre si te deja usar una espada y a mi no?

- Porque ella no es una dama - hablo Sansa, acariciando a su loba con una sonrisa tranquila. La septa seguía igual de dormida. Levantó su vista a su hermana - y nosotras si.

- Jeanne es hija de nuestro padre, también es nuestra hermana. - a Jeanne le importaban muy poco los comentarios de Sansa y su madre, pero era todo lo contrario a Arya, que estaba roja del enojo.

- Media hermana, porque es bastarda.

- ¡Eres una tonta Sansa! - Jeanne estaba sería mirando como Arya discutía con Sansa, por dentro le divertía un poco verlas así.

- Y tu una cara de caballo - le contesto, eso había herido sus sentimientos. La más pequeña se había puesto de pie dispuesta a atacar a la mayor de las Stark, pero Jeanne la sostuvo y la volvió a sentar.

- Tranquila Arya, no pasa nada - le beso la frente y le acomodó los cabellos - tu eres muy bonita. Y si, Sansa también es bonita ¿Pero sabes? Nunca será igual de hermosa que yo- sonrió con un el toque suficiente de arrogancia para poder molestar a la niña, la miró. Sansa estaba roja. Sabía que eso le molestaba demasiado a la hija legítima, le molestaba que varias de las criadas se lamentaran por Jeanne, que si hubiera nacido dentro de un matrimonio sería la dama más hermosa de los siete reinos y codiciada por muchos. - tal vez ahora que padre es mano del rey ¿Quien sabe? Puede que le pida a su majestad que me otorgue el apellido Stark - volvió a mirar a Arya - ¿Tu que opinas?

- Seria grandioso - Arya sonrió con pura sinceridad, pues ella amaba a su hermana mayor tanto como a Jon.

- Pero oye Sansa - abrazo a Arya mirando con cinismo a la mencionada- No me odies por ser hermosa, si quieres me arreglaré menos que tu, aver si así resaltas un poquito.

- Fíjate cómo me hablas - contestó molesta - soy la prometida del príncipe heredero, del príncipe Joffrey.

- Ay Sansa, Sansa - negó con un suspiro de tristeza. Adoraba regresarle los insultos o comentarios desagradables a Sansa - es hombre, aunque lo ames. El con el tiempo te dejará, tal vez no del matrimonio pero si en tu cama. Además quien dice que no será igual que su majestad el rey, pero no me hagas caso. Solo soy una niña bastarda.

- ¡¿Qué estás insinuando?!

- Yo nada, odio ese tipo de cosas, pero siendo sincera me sentiría realmente triste por ti, si eso llegara a suceder.

El carro se detuvo, y se empezó a oír bullicio afuera, la oji azul estaba roja del coraje, mientas Jeanne de ponía de pie soltando a Arya, hizo una reverencia para salir del carro y perderse un rato caminando.

- Con permiso, mi lady - salió de carro y llamo a su loba para que está la siguiera. Así se dirigieron al bosque a pasear un rato.

- Jeanne - la voz de su padre la detuvo cuando ella iba a entrar al bosque. Iba a caballo acompañando al rey Roberth. Quien la miraba fijamente, la peli negra agacho la cabeza.

Los Bastardos SnowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora