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Había pasado la noche entera en la pequeña oficina que estaba en su casa, apreto sus párpados con fuerza y estiro su cuerpo, miro la hora en el reloj de su mano y levanto su cuerpo de la silla de oficina, se le hacía tarde para comenzar su día, aunque este había comenzado horas antes, incluso ni siquiera había terminado el de ayer.

Comenzaba la misma rutina de siempre, al menos la que había comenzado a llevar desde que Andrew iba a la escuela pues años antes de eso llegaba próximamente a las siete y media a su trabajo junto con una pañalera, ropa desacomodada junto con su pelo hecho un desastre y un bebé en brazos, sin olvidar mencionar sus bostezos indicando su mala noche, realmente nunca había tenido alguna buena noche durante esos siete años.

Y aunque ahora ya no tuviera un bebé el cual cuidar y estar al pendiente en cualquier comentario de la noche se había acostumbrado a dormir unas cuantas horas. Sabía que se estaba dañando y más que nunca debía estar sano, tenía un cachorro del cual hacerse cargo.

—Andrew, es hora de despertar e ir a la ducha—susurro mientras movía al cachorro que se encontraba en su cama durmiendo a cuerpo extendido, un hilo de baba salia de sus labios y terminaba en la almohada.

—Cinco minutos más, papá, por favor—tomo la sábana que lo cubría y oculto su rostro, su padre había comenzado a abrir las ventanas y el sol molestaba sus ojitos.

—¡Ahora, Andy!—demando su padre así que no tardo en obedecer, el niño tomo asiento en su cama con un puchero en sus labios, José rio y se dirigió a él hasta envolverlo en un abrazo, desordeno un poco más su pelo—Es el último día de clases Andy, sólo será hoy y mañana será sábado.

El chiquillo bufo arrugando su naricita.

—¡Claro, papá, hoy y durante toda mi vida!—puchereo más, aunque el sueño de minutos atrás lo había abandonado—¿Irás a trabajar mañana?

—Tengo unas juntas importante, cielo, puedes ir conmigo y estar en la oficina de Bryan durante eso—respondio su papá mientras iba al clóset y sacaba el uniforme de su hijo perfectamente planchado.

—Quisiera estar más en casa, si estuviera mamá podría quedarme con ella horneando galletas o viendo televisión todo el día—susurro bajo pero l suficiente para que su padre escuchara, con la cabeza baja se dirigió al baño dando por terminada su conversación.. su papá nunca conseguiría alguien que fuera su mami.



—Apresurate, papá, mi cuaderno de matemáticas está en la barra de la cocina—grito Andrew mientras mecía sus piecitos, se encontraba en el auto en la parte de atras sentado en la sillita de coche, llevaba sj uniforme a la perfección y un peinado que a su parecer era muy lamido.

—Lo tengo—su padre se encontraba agitado por la carretera que había pegado, a decir verdad todo lo que llevaba la mañana, ni siquiera había tenido suficiente tiempo para desayunar y sólo había servido el desayuno para su hijo.
Encendio el auto y lo puso en marcha hacia el colegio de Andy.

—Podriamos desayunar algo diferente mañana, papi?—miro sus manitas que se entrelazaban y levanto su vista al retrovisor donde su papá le daba una mirada rápida.

—Andy, ya te he dicho que no podemos desayunar pizza—el alfa solto una risa—eso no es saludable.

—¿Y comer siempre hot cakes quemados lo es?—se burlo de su padre y rio aún mas fuere de este.

—Bien, mañana haré algo nuevo para desayunar.

—Cereal con leche no es algo nuevo.

Sin duda estaba seguro que aquel niño era su hijo, no solamente por sus ojos mieles y melena oscura como la suya, solía burlarse de él siempre que tenía oportunidad y eso era algo más que tenían en común.

—¡Nunca dije que haría cereal con leche!—se estaciono junto a la asera y abrio su puerta para ir a la parte de atras y desabrochar el cinturón de seguridad que sujetaba a Andy—Muy bien, corazón—lo cargo para que saliera y una vez fuera lo puso en el piso—que tengas un bonito día—beso su mejilla y abrazo con fuerza—te amo, hijo.

—Papi, los demás nos están viendo—susurro Andy en su oído, bueno, era algo tan normal para ellos. se separaron y José acomodo la mochila en los hombros de su criatura.

—Nos vemos a la hora de la salida, ¡Sé el mejor como siempre!—grito en el momento que Andy cruzo la puerta del colegio.





—¿Dónde haz estado, José Miguel?

—Buenos días a ti también—respondio a su amigo que estaba en su escritorio de su oficina.

—¿Te das cuenta de la hora que es?—se levantó de la silla que fue ocupada rápidamente por el alfa pelinegro.

—Sí, hora de que te vayas y me dejes trabajar.

—¡DEBÍAS ESTAR TRABAJANDO DESDE HACE UNA HORA!—grito sin sonar intimidante, así era su relación entre ellos aunque muy pocas veces José llegaba tarde.

—Sí, lo sé, suerte que soy el jefe—rio y comenzo a encender el motinor que estaba frente a él, miro al castaño tomar asiento delante de él.

—¿Otra vez no dormiste?—lo miro com preocupación e hizo un gesto un poco extraño.

—Claro que sí, se me hizo tarde porque Andy se negaba a arreglarse para la escuela—tecleo y se limitó a no mirar a su amigo, aunque este estaba seguro que mentía.

—Irene ¿cierto?—Bryan sabía lo mucho que su amigo sufría y el como no se había detenido ni siquiera a llorar su muerte, no había tiempo de llorar, tenía un cachorrito que cuidar.

—Así es, Bry, no puedo sacarla de mi mente desde hace siete años ¿qué es lo que te sorprende?—respondio con voz amarga.

—Me sorprende que sigas haciendo como si nada pasara, amigo, ¿te has visto en un espejo? discúlpame que te lo diga pero ella no murio sola, moriste junto con ella—el temblo la voz al decir lo último—está bien llorar, Jos, está bien tomarse el tiempo para estar en duelo, está bie..—su voz fue interrumpida.

—¡No está bien, Bryan, no está bien cuando tienes un hijo que sacar adelante!—por primera vez durante el día levanto la vista a su amigo y lo vio a los ojos.

—Yo sé, Jos, pero ¿no quisieras estar bien para ese hijo? tienes que vivir el proceso para estar bien, cada día estás más deprimido ¿cuántas veces comes al día? ¿por lo menos comes?— Bryan negó con la cabeza sabiendo que no era así—tienes un hijo pero debes darte tiempo para ti.

—¿Y qué planeas que haga?—tomo su rostro entre sus manos?

—Primero consigue una niñera que te ayude a hacerte cargo de Andrew, acepta que no puedes con todo y date un respiro para ti.

—Andy no puede estar con una desconocida, Andy necesita estar conmigo.

—JODER, JOSÉ, ANDY NECESITA LLEVAR UNA VIDA NORMAL—levanto su voz—¿cómo piensas que la lleve si la mayoría del tiempo está encerrado en la escuela y la oficina de su padre? además, necesita comida decente—trato de suavizar su voz con lo último dicho.

—Entonces.. ¿una niñera?—lo considero el alfa, no lo hacía por él, lo hacía mas por su hijo, claro que debía tener comidas más decentes.

—Tengo al indicado—sonrio el castaño triunfante.

—¿Indicado?—fruncio su ceño José—no dejaré que Andrew este con un alfa.

—Es un omega.

La boca de Jos se abrio con sorpresa y un "Oh" salio de ella, "un omega" escucho en su mente una y otra vez, tener que adaptarse a un nuevo olor, quiza sería difícil tanto para él como para Andrew.

¿Y Mami?⇝jv [OMEGAVERSE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora