Capítulo 4

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El gran día había llegado, no podía dormir estaba de los nervios esa mañana se había levantado especialmente temprano para dar los últimos repasos a la primera asignatura que tenía para examinarse, encantamientos.

La joven sabía que estaba tan preparada como la propia Minerva Mcgonagall no quería presumir pero estaba muy orgullosa de cómo había ido ese primer examen.
Le quedaban cuatro exámenes, en el siguiente,  vio que Parkinson se sentó cerca de ella pero decidió no saludarla, la joven viendo que la castaña no quería saber nada hizo caso omiso de ella.


Tras diez horas de exámenes, los doce jóvenes que se habían examinado para premio anual salieron con la cabeza más bien embotada,
Hermione llevaba todo el pelo despeluchado y se había arrancado prácticamente algunos de los nervios ocasionados por los examenes, la única que parecía que ni siquiera se le hubiese movido un pelo era Pansy que elegantemente se sentó en el gran comedor donde solo estaban los doce.

En una mesa dejando caer su pluma miraba a los demás con orgullo, sabiendo que si bien no iba a ser la primera porque era imposible competir contra Granger, seguramente había sacado la segunda mejor nota de todo el colegio.

Los demás incluidos Hermione, miraban un poco celosos y envidiosos, era increíble como podía mantener esa elegancia y saber estar después de haber estado 10 horas sentada en un pupitre, más mal que bien.

Todos esperaban nerviosos y apenas tocaban sus platos de comida, tras un rato de espera y de cenar poco, la profesora Mcgonagall entro en el gran comedor y los mando callar.
-Bien, las notas se colgarán mañana en el tablón oficial, recordad que cada punto es un punto más en vuestro expediente- mientras todos iban saliendo la profesora Mcgonagall carraspeó.

-Señorita Parkinson, señorita Granger pueden esperarse un momento- las jóvenes se miraron y asintieron acercándose a la profesora.
-Pasa algo, profesora Mcgonagall- Hermione no se aguantaba de los nervios la mujer bajo su mirada severa sonreía tranquila.

-No os preocupéis todo va bien, lo único que ha pasado un suceso que no suele ocurrir, habéis sacado exactamente la misma nota, ambas sois premio anual- las jóvenes sin creerse lo que estaba pasando, se miraban entre ellas y luego a la directora.

-Es perfecto para demostrar que las viejas rencillas entre casas se han terminado, y las dos sois suficiente maduras como para poder convivir en la misma torre, por supuesto ya se ha adecuado para las dos, mañana cuando salgan oficialmente los resultados, ambas deberán trasladarse a su nuevo hogar, la torre del premio anual.-
Hermione miraba a Mcgonagall como si hubiese perdido la cabeza
-Cómo es posible-
Pansy la miró dolida y orgullosa dijo
-Qué pasa Gryffindor no soportas que una Slytherin haya sacado la misma nota que tú -
-Sabes perfectamente que no se trata de eso serpiente-
Mcgonagall viendo que las dos chicas se estaban enfadando levantó las manos en señal de paz
-Aunque usted la ha superado en Encantamientos, debo de decir que la señorita Parkinson es una auténtica superdotada en pociones y hechizos sanadores, nunca habíamos visto algo asi- la joven Slytherin se sonrojo, según sus padres ese tipo de magia era una auténtica perdida de tiempo y debería centrarse en ser una buena esposa y dejar de soñar con ser medimaga.-

Hermione miraba asombrada a Pansy que no quería mirarla, la magia de sanación era una de las más complejas que existían.
-Lo mejor será que está noche descansen y avisen a sus compañeras, mañana las quiero a las dos listas para trasladarse-.

La directora de dio la vuelta sin añadir más y las jóvenes se miraron durante un instante.
-Pansy yo...-
-No hace falta que digas nada Granger- la morena enfadada y nerviosa salió del gran comedor dejando a la castaña allí sin saber muy bien que hacer.

PansmioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora