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Estaba durmiendo plácidamente cuando sonó la muy maldita alarma. Siempre que tengo que levantarme la cama es como un algodón, pero cuando llego cansada es literalmente un ladrillo.
No encontraba el pantalón de la escuela.
–Mamá, ¿donde esta mi pantalón?
–Esta lavandose hija
Genial, el repuesto esta en la tintorería y no hay mas. Me puse a buscar entre mi ropa, y solo encontré una falda.
Me la tuve que poner, hoy hay un examen importante que no puedo perderme ni porque tenga licencia. Claro que la falda me quedaba bien, unos 6 o 7 dedos por encima de la rodilla.
Estaba en el peor momento. Mi mano temblaba ante la manilla de mi salón.
Finalmente entre después de darme auto-ánimos.
Todo el salón quedo mirándome con cara de como si hubiera matado a alguien. ¿Por qué siempre pasa eso cuando llego tarde? Odio llegar tarde por esa misma razón.
Me fui a sentar rápidamente a mi pupitre, no sin antes saludar a la profesora. Rin también me miraba con esa cara que me miraban todos.
–¿___? Me extraña de ti, siempre vienes con pantalón.
–El pantalón estaba lavándose y el repuesto ocupado. ¿Querías que viniera en tanga?
–Quizas.
Le pegué un zape. Aveces bromeamos así y sabemos que son bromas así que no nos preocupamos. Aliss también me miró con la cara esa, ells tampoco viene con falda, viene con buso.
En el recreo como siempre estabamos los 3, Rin, Aliss y yo.
–Oigan, Sae dijo que si de ahora en adelante se podía juntar con nosotros ya que sus compañeros lo molestan y que disque nosotros somos su salvación.
–Que dramático, ni yo–Dijo Aliss
Sae entro por la puerta, yo rápidamente me tape las piernas con mi poleron
–¿Vamos a ver que hay de desayuno?
Maldigo a Rin por proponer eso. Igualmente aunque diga que no, mayoría gana y no puedo negarme. Tuve que acompañarlos.
Cuando me levante, los 3 se me quedaron mirando.–¡Te queda bien! ¿Verdad Sae?–Como si eso ayudara, Aliss.
–Mjm, lo que sea. Me da igual.
–Pero no dijiste que no, ¡eso significa que hay posible atracción!
Ah, si. Recuerdo que Aliss ama shipearme con cualquier chico que se me cruse. Ya se me hacía raro que no me shipeara.
–Tal vez.
Cuando esas palabras salieron de la boca de Sae, mi corazón latió a mil, esa sensación que no me daba hace mucho. Es raro pero no malo, creo que me gusta sentirlo aunque nunca lo sienta, amor.
