¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Me encontraba terriblemente agobiada. Claramente mis intentos por mantener a Sam a salvo fueron en vano ya que antes de lograr cumplir con mi cometido se quitó la vida intentando escapar de aquel abuso que sufría, también había traicionado a quien habría sido mi mejor amiga, había engañado a un chico tímido y valeroso quien solo buscaba la verdad y además, había acabado con la vida de un hombre. Aunque de cierta forma siempre quise acabar con Manuel, aún tenía en mi cabeza aquel momento y sentía un gran peso en mis hombros.
Manuel siempre se mostró verdaderamente amable ante mí, pero en su afán por conocer más sobre Aurora termino contándole a Sam lo que había sucedido entre ella y yo, todo esto desencadenaría una ola de terribles sucesos, desconozco la razón por la cual Manuel se había atrevido a realizar algo de tal magnitud, pues además de arruinar mi relación con Sam y meternos en todo este lío, había secuestrado a Nash y literalmente estuvo a punto de acabar con su vida. Era demasiado complicado de entender, todo estaba enredado, era como si en cada paso encontrara alguna respuesta, pero justo después de ella, llegaran miles de preguntas en conjunto.
Ya no podía desligarme de Miller así que tenía que averiguar que era lo que en realidad estaba sucediendo y quizás así podría escapar de todo lo que estaba sucediendo, en cierto modo temía por mi vida pero de alguna forma sabía que si llegase a encontrar la muerte, sería más que merecida, pero mientras me llegaba la hora me dedicaría a derrotar el imperio de Miller desde adentro.
Unos días después de todo lo que había pasado con Nash, su padre y yo nos encontrábamos en casa de Sam hablando nuevamente con su padre, este al verme me solicito que saliera del cuarto en el que nos encontrábamos para comenzar una conversación pero Miller afirmó que ya estaba preparada para escuchar lo que tenían por decir.
La conversación fue bastante corta pero me quedaron tres cosas claras, la primera sería que el padre de Sam había sido un gran criminal y este habría trabajado hace un tiempo ya con el padre de Aurora, aparentemente este estaría traicionando todo lo que había hecho por él. Lo segundo era que faltaba una pieza en el juego, según aclaro Miller, existía una persona más que podría ayudarnos a encontrar a Aurora. Lo tercero y último sería que Nash había desaparecido por completo, había dejado de asistir a clases y después de una búsqueda en su casa tampoco había sido encontrado ahí, aparentemente llevaba un tiempo sin ser visto en sus alrededores.
Todo era demasiado confuso incluso para mí y aún después de todo lo que había hecho, estaba bastante preocupada por Nash, tenía una razón más para buscar una salida.
Esa misma noche salí junto a Miller, me aseguraba que había dado con la persona que nos daría la información necesaria para encontrar a Aurora. Caminamos hasta un callejón cerca de un antiguo bar, en este se encontraba un pequeño chico caminando el cual era evidentemente más joven que yo, tuve miedo por lo que pudiera hacer Miller para conseguir la información que necesitaba pero más grande fue mi pánico al ver que Miller sacaba un arma de su gabardina y empezaba a perseguir rápidamente al chico, no me quedó más que correr detrás de ellos.
Perseguimos al chico hasta el bar que se encontraba cerca del lugar, entre junto a Miller para inspeccionar aquel sitio pero en lugar de encontrar al chico, nos topamos con cierta multitud murmurando rodeando la barra, Miller creyendo que posiblemente era el chico quien estaba formando tanto revuelo se acercó solo para darse cuenta quien se encontraba ahí.
Miller se vio de frente al cuerpo sin vida de su hijo. Yo estaba completamente paralizada en una de las esquinas del bar incapaz de emitir palabra, no podía creer lo que estaba viendo en ese momento, sentí como si un frío extraño me recorriera toda la espalda hasta la nuca, me vi encerrada en mi propia cabeza y solo logré salir de aquel trance por un fuerte grito de Miller quien me indicaba salir de aquel lugar, antes de dirigirme a la salida trasera, pude ver al fondo del lugar al chico que segundos antes perseguíamos escondido detrás de algunas sillas al fondo del bar, no sabía exactamente quién era pero de una u otra forma sentía que podría ayudarme a resolver todo este lío y que sería mi única escapatoria.
Después de aquel incidente Miller no fue el mismo, el evidente peso de la muerte de su hijo lo agobiaba de formas indescriptibles, la ira y la culpa lo carcomían desde adentro como si de un virus letal se tratase, por mi parte aún me encontraba obstinada pues todos mis esfuerzos por mantener a salvo a las personas que aprecio terminaron fracasando rotundamente. Extrañamente, no sé si fue suerte o un mal chiste representando por el mismo karma, recibí una llamada que lo cambiaría todo.
— Hola, querida amiga ¿cómo te trata Miller? — dijo la persona al otro lado del teléfono.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.