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imagina. cuando está enfermo.
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no habías tenido noticias de muichiro en todo el día, sabías que no estaba en alguna misión, pues le habías preguntado a oyakata-sama hace un rato, así que decidiste preguntarle a tu mejor amiga: la pilar del amor.
— ¡hola miyuki-chan! — saludó alegremente la pilar mientras terminaba de comerse una brocheta de dangos.
— hola kanroji-san — saludé con respeto —, de casualidad ¿sabes dónde está muichiro? no lo he visto en todo el día... —.
— mmh, lo último que supe es que fue a la finca de shinobu, supongo que está ahí — decía en un puchero mientras miraba hacia arriba recordando algo.
— ¡gracias kanroji-san! — gritante mientras corrías en dirección a la finca mariposa.
ya en esta buscaste con la mirada a kocho-san, pero solo viste a una de las niñas: aoi.
— ¡aoi-chan! — le gritaste a la pelo azul mientras movías tu mano para que ella te viera.
— hola miyuki-san, ¿se le ofrece algo? — dijo mientras hacía una pequeña reverencia.
— eeh... ¿de casualidad no has visto a muichiro-kun? —.
— llegó de una misión enfermo y shinobu le pidió que se quedara un momento hasta mejorar. si quiere puede pasar a verlo, debe estar durmiendo —.
— ¡gracias aoi-chan! — gritaste mientras te despedías con la mano y entrabas a la finca.
ibas caminando pasillo por pasillo intentando encontrar su figura. te detuviste en una puerta, tocando antes de entrar y viendo a tu enamorado durmiendo plácidamente en una de las camillas, algo que te cautivo. te acercaste a paso lento para no hacer ruido y despertarlo. mirar su cara relajada y los rayos de sol que pasaban por la ventana hasta chocar con el pálido rostro de él te hipnotizó tanto que no te diste cuenta cuando ya había despertado.
— miyuki, ¿qué haces aquí? — preguntó con una voz ronca.
— venía a verte porque me procupé —.
— gracias miyuki — agradeció sin saber bien que decir en esos momentos, pues las palabras no eran su fuerte —. cuando salga de aquí te llevaré a mi finca y te daré algunos cariños... — finalizó.
— ¡yupi! — saltaste —, en eses caso, me empezaré a preocupar más por ti —.
— ¿eso es un alago o un insulto? —.
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