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Huening estaba sosteniendo un papel con fuerza entre sus pequeñas manos

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Huening estaba sosteniendo un papel con fuerza entre sus pequeñas manos. Estaba ansioso y avergonzado, hace cuatro días había pasado aquella especie de confesión y hasta aquel día no había cruzado ninguna palabra ni mirada con Taehyun, ni siquiera habían compartido un espacio en común gracias a la cobardía de Huening. No se había acercado, pero hasta donde sabía, Taehyun terminó con Kazuha un día después de haberle confesado que le gustaba.

– ¿Estás listo? – inquirió Beomgyu, quién estaba hablando por teléfono con Huening desde hace media hora atrás.

Beom era el segundo mejor amigo de Huening, quién había tenido que ir a Malasia por razones familiares, pero nunca perdieron el contacto. Cuando Huening se le confesó a Taehyun, comenzó a hablarle a Beom sobre aquella confesión y Beomgyu nunca lo defraudó, nunca lo criticó; es más, ahora lo estaba apoyando.

Huening estaba frente a la casa de los Kang con una especie de carta toda arrugada en sus manos, a causa de los nervios había estrechado aquel papel blanco con bordes celestes pastel que contenía dentro todo aquel sentimiento dulce y demasiado empalagoso que había escrito para Taehyun.

Armándose de valor le dijo a Beomgyu en voz baja que después le contaría su fracaso y le colgó, hasta que finalmente guardó su celular y con pasos temblorosos y torpes se posicionó frente a la puerta de madera para después golpearla con su mano derecha.

– Hijo – sonrió la señora Kang cuando abrió la puerta. Su sonrisa derrochaba ternura y amabilidad por todas partes, después de todo, era como la madre atenta que nunca tuvo. – ¿Qué tal? ¿Buscas a Hyunnie?

Huening asintió con su cabeza repetidas veces, demasiado avergonzado. Sin decir ni una palabra se adentró al lugar cuando su madre no biológica se hizo a un lado dándole permiso.

– Está en el segundo piso, ve con cuidado.

Y sin más le agradeció en voz baja y continuó su marcha en busca de Taehyun.
Subió las escaleras con cautela y caminó hasta la puerta de la habitación de su mayor y finalmente tocó la puerta.

Subió las escaleras con cautela y caminó hasta la puerta de la habitación de su mayor y finalmente tocó la puerta

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Las risas del lugar se escuchaban en todos los rincones de aquella casa. Taehyun - quien tenía 8 años - estaba sobre Kai - 7 años - mientras le hacía cosquillas. Le gustaba bastante ver cómo su menor reía y reía, o como pequeñas lágrimas caían de sus mejillas producto a la risa incontrolable que lo atacaba. Cuando se quejaba de que le dolía la pancita y sus mejillas o cuando le decía que parara, que le daría un zape si no paraba.

– ¡Hyunnie!

– ¿Qué? – sonrió divertido mientras sus dedos ágiles seguían haciendo presión repetidas veces sobre las costillas del menor.

Este no paraba de reír, sus ojos estaban más achinados que antes y estaba que estallaba.
No respiraba bien, sus mejillas estaban sonrojadas y calientitas.

– ¡Ya, ay!

Taehyun sonrió con travesura y dejó finalmente de hacerle cosquillas. Cuando Kai estuvo a punto de darle un zape mientras soltaba pequeños e inocentes jadeos, Kang fue más rápido y besó con inocencia y ternura la mejilla sonrojada de Kai.

– No te perdonaré – dijo el menor mientras se cruzaba de brazos, manteniéndose recostado boca arriba sobre el suelo.

– ¿Y si te doy otro besito, sí me perdonarás? – inquirió Taehyun mientras llevaba uno de sus dedos hasta sus rosados y esponjosos labios.

Huening lo pensó un poco y finalmente cedió a aquella propuesta, asintiendo con su cabeza tímidamente.

Taehyun se acercó a su mejilla y depósito otro besito en esta, con dulzura y delicadeza.

– Ning – murmuró Taehyun cuando abrió la puerta de su habitación y se encontró con su menor

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– Ning – murmuró Taehyun cuando abrió la puerta de su habitación y se encontró con su menor.

Huening estaba bastante nervioso y sus piernas temblaban nuevamente. Sus ojos tenían un brillo especial, un brillo que Taehyun no comprendía, solo le gustaba ver a su menor con aquel brillo en sus ojos. Temblaba peligrosamente, como si en algún punto no podría más y caería al suelo; estaba asustado.

– Olvida todo – Huening fue más rápido. – Olvida lo que dije, lo que te confesé – se aclaró, y sus ojos comenzaron a llenarse nuevamente de lágrimas. – Hyunnie, no quiero perder tu amistad, en serio no quiero.

Los labios de Kang temblaron, y solo se limitó a asentir con su cabeza bastante dolido.

Le gustaba Kai.

Lo supo en el momento en el cual se sintió mal por ser la razón por la cual su menor llorara.

Lo supo en el momento en el cual su menor salió rápidamente corriendo a la salida.

Pero no supo que hacer cuando vió una especie de carta tirada en el pasillo, la cual estaba toda arrugada.

Pero no supo que hacer cuando vió una especie de carta tirada en el pasillo, la cual estaba toda arrugada

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♯ʙᴏʏs? ៹ ᴛʏᴜɴɴɪɴɢ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora