♯ʙᴏʏs? ៹ ᴛʏᴜɴɴɪɴɢ

❆ 02

El más pequeño se acercó al contrario para poder posicionarse sobre sus piernas con inocencia y ternura. Sonrió ampliamente mientras cruzaba sus brazos por los hombros y cuello de Taehyun, mirándolo con un peculiar brillo en sus ojos.

– Taehyunnie – dijo el castaño de apenas unos seis años, buscando la atención del de siete. – Feo, escúchame.

– ¡No soy feo! – refunfuñó el de cabellos rojos y labios esponjosos mientras se cruzaba de brazos, no correspondiendo al abrazo que su menor le había dado. Kai frunció su ceño y lo tomó por sus mejillas, presionando estas con maldad infante. – Nibg, suebtame.

Huening río con ternura y se acercó para depositar un dulce beso en la punta de la nariz del mayor con felicidad a tope. Su corazón latía muy fuerte y en su estómago se sentían mil y un mariposas revoloteando con delicadeza dentro de sus paredes estomacales.

– Kai, tu madre ha llegado. – una fémina voz se escuchó desde el piso de abajo y el nombrado sólo se limitó a ver con tristeza real a su compañero.

– No quiero que se vaya – puchereó el mayor, abrazando fuertemente al castaño. – ¿Mañana vendrás?

Huening asintió repetidas veces con su cabeza sin formular ni una sola palabra. Sus mejillas estaban rosadas, rozando un tono rojizo.

– ¡Hasta luego!

– N-nos vemos...

Aquel recuerdo dejó de proyectarse al oír que la puerta de la habitación del contrario era abierta. Kai dirigió su mirada totalmente tranquilo hasta la entrada, viendo a Taehyun sonreírle con grandeza.

– ¡Ning! Si viniste.

– Nunca te diría que vendría y después no lo haría.

Kang sonrió con calidez y extendió su mano en busca de la mano de su menor, a lo cual éste accedió sin dudarlo un microsegundo. Ambos entraron a la habitación del mayor de las manos y Taehyun soltó la pequeña mano de su menor cuando ambos se sentaron en la cama de este.

– ¿Cómo vas con las clases de baile? – inquirió el mayor en dirección a su menor.

– Bien, creo... Aunque el profesor dice que me falta flexibilidad – infló una de sus mejillas mientras sonreía levemente.

– ¿Seguro que te falta flexibilidad? Hasta dónde sé eres muy flexible, Ning Ning.

El menor miró al otro sin ninguna expresión, como era de costumbre. Sinceramente no le faltaba flexibilidad, era solo el simple hecho de que le daba bastante pereza hacer todos los ejercicios de flexibilidad básicos que el profesor le entregaba a la clase; le gustaría probarse en algo más.

– ¿Estás libre esta noche? – Taehyun rompió el silencio cuando Kai dejó de hablar. – Fuí invitado a una fiesta de la universidad, ¿me acompañas? Seguramente la amiga de Kazuha está disponible para ti.

Huening tensó su mandíbula mientras parecía pensarlo, pero en realidad estaba queriendo matar a Taehyun por ser su mejor amigo y no darse cuenta de que no le agradaba el hecho de estar en una relación con una chica, sino más bien le agradaría estar en un compromiso con una persona de su mismo sexo. Miró a Taehyun y asintió con su cabeza normalmente.

– ¿Sí? ¡Genial!

Kang no tenía idea, lo único que sabía era que estaba bastante feliz de que su mejor amigo aceptara de una vez por todas salir con él..., y sus mejillas tomaron algo de color.
Incomprendido por el hecho de pensar en aquello y tener aquella reacción sólo frunció el ceño, sin entender nada. ¿En que mierda piensas, Kang Taehyun?

– Creo que sí, Tae Tae, ¿qué tan malo podría ser lidiar con un tú estando borracho?  – bromeó el castaño, recibiendo un leve golpe en su hombro.

Este solo rió.

Rió para evitar llorar, porque moría de ganas que Taehyun se diera cuenta de sus sentimientos y dejara de dañarlo inconcientemente. Moría de ganas porque Taehyun correspondiera. Moría de ganas por poder besar los labios de su mejor amigo, abrazarlo cuando quisiera, decirle abiertamente que lo amaba, sin tener ningún miedo a las consecuencias.

Moría de ganas por miles de cosas relacionadas con su amor platónico desde la infancia, pero más moría de ganas por no ser un "maricón" y gustar de las chicas.

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