Instalados mis primos en casa, las cosas se convirtieron un poco movidas, mi abuela rondaba la casa quería controlar a mama a Fanny y hasta lo que se cocinaría. La abuela era así y aproveche eso para escaparme un tato a cada de Taylor y regalarle un día. Cuando llegue a la puerta, me recibió la muchacha de servicio que conocía ya. Me había dicho que no había salido de la habitación desde anoche y no quería que nadie lo molestara.
- ¿Y sus padres? – pregunte. ella parecía sorprendida por la pregunta.
- Ellos no vienen casi, negocios y mas negocios, el señorito Taylor no tiene con quien hablar – entonces se quedo callada pensando en que había cometido un error – lo siento señor.
- Tranquila, esto quedara entre nosotros – ella me sonreía.
-¿Quiere que lo llama por usted? – me pregunto y negué con la cabeza.
- No, yo iré a tocarle a la puerta – suspire, estaba sufriendo en silencio y no me había comentado nada. era su forma de no preocupar a los demás. Toque la puerta ¡Tock tock! nadie respondió ¡Tock tock! volví a tocar al parecer no estaba dispuesto atender a nade. toque de nuevo ¡Tock tock!.
- Taylor, soy Brian – no duro ni dos segundos cuando estaba abriendo la puerta.
- ¿Qué haces aquí? – se pone nerviosos – digo ¿Por qué no me avisaste? – entre a la habitación, habían cajas de pizza y recipientes de comida en el suelo, la ropa por todos lados. hedía a humedad. Abrí las ventanas.
- No puedo verte así – le digo molesto.
- ¿Cómo? – me pregunto cómo su estado de ánimo los últimos días lo delataron.
- Tus ojeras, no te has bañado, no sales, me escribes cuando me voy a dormir – le grite mientras abría la ducha – estas e depresión y no confías en mi ¡eh! ¿Por qué? – le pregunte molesto.
- Yo... - no lo deje continuar y lo empuje a la ducha.
- Báñate y baja a comer, tenemos todo el día para que te decida hablar – le dije serio y obedeció casi llorando.
Cuando estuvimos en el jardín, Taylor decidió quedarse en pijama; que se bañara no le quitaba la cara de trasnochada. el día era perfecto, nublado fresco, nos sentamos en unos de los espacios del jardín que nos brindara intimida. Taylor estaba tan hermoso con su cabello despeinado y su cabello le caía en la frente, sus labios eran tan fino y curvados, tan rosados y sexy como siempre, quizás más. Estaba en pantuflas y mecía sus pies en extensión y flexión de rodilla, a pesar de que no había pasado una buena noche, conserva el apetito, devoro todo el desayuno. El me miraba como si no pasaba nada, pero en sus ojos había más que una simple mala noche. Su actitud advertía un secreto y no quería compartirlo.
-¿Por qué será que me tratas como un bebe? – me pregunta.
- Porque crees que soy tonto y no me daré cuenta de lo que te pasa – le dije tajante – aunque me veas como uno, no lo soy – estaba cansado de rogarle – habla ¿Qué te pasa?
El me miro y bajo la mirada como su hubiera ocurrido algo terrible, el silencio invadía el aire y perforaba mi corazón, su silencio me daba entender muchas cosas, a veces solo quería miles de respuestas y no lograba ver lo que era evidente; Taylor necesitaba tiempo para salir de su cueva. lo abrace fuertemente lo mas cariñosamente permitido por nosotros mismos a la vista de todos, me costaba ser fuerte, cuando era yo el débil de la relación, pero él lo merecía todo, mi amor, tiempo, paciencia y también mi cursilería, todo lo que el necesitaba subimos a su habitación pedimos una bandejas de cotufas acarameladas y vimos películas, abrazados con la luz apagada. Adoraba cuando me agarraba la mano y la apretaba tan cálidamente que podría derretirme con solo su tacto. Mis mejillas iban a explotar. Por alguna razón el adoraba los comic y las películas de acción, aunque no me gustaba nada de eso, el tenia un poder, que me hacia olvidar que me gustaba y que no, solo porque estuviera a mi lado.
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El Ultimo Verano
Teen FictionUna historia de amor, crecimiento y perdida. Quizás hoy ames con todo tu ser, tu alma, tu todo ¿Que quedaría si ese todo se va?Acompaña a Brian y su búsqueda por encontrar un lugar que no se ha incendiado este Verano.