Sheep & Wolf [Kooktae]

Chapter Seven

Aquella tribu nómada entre cabañas de bambú y helechos estaba formada por humanos e híbridos herbívoros que eran protegidos de la caza de los depredadores, no todos los animales evolucionaban al punto de hibridarse y los pocos que lo hacían eran más astutos para huir de los cazadores pero más vulnerables al ser confundidos por humanos y ser cazados igualmente por estos.

El alfa llegó con la oveja en su estado animal a aquella aldea, los humanos estaban alerta ante cualquier movimiento malo para matar al lobo y quedarse con la oveja pero al ver al lobo salvaje tan dócil como uno domesticado confiaron en los movimientos de la presa que estaba frente a él.

—Aléjate de la oveja, no querrás salir herido— comentó un portavoz humano mientras le apuntaba con una lanza, el lobo gimoteó asustado yendo detrás de la oveja, la oveja gritó y movía su colita.

Ambos tomaron su forma humana hibrida la oveja abrazó a su pareja quien estaba de rodillas temblando, siendo un lobo lo que más le tenía miedo eran a las lanzas de los nómadas, la última vez que había ido por comida había sido interceptado por varios y herido, causa de ello tenía una cicatriz en su mejilla derecha.

—No malo, mi alfa no es malo, venimos a buscar un hogar, somos híbridos también, no nos maten por favor— rogó rodeando sus brazos al cuello de su pareja para sostenerse mientras se sentaba en el suelo con él, ambos estaban desnudos obviamente en la vida salvaje no había tiempo para pensar en vestirse, eran animales a fin de cuentas.

—¿Es tu pareja?— cuestionó el portavoz viéndolo retador, era demasiado extraño que una presa estuviera con un cazador.

—S-sii, estamos esperando un cachorro, mi alfa será papá, por favor dejen que se quede se los ruego, mi hijo necesita a su padre— éste soltó lágrimas sin saber que hacer, su alfa no debía ser expulsado no era un lobo malo, en realidad era tan dócil y doméstico que le obedecía, la oveja tenía autoridad sobre él, no era agresivo.

—Bajen las armas, la oveja está esperando un cachorro, el lobo es el padre, bien, su alfa está perdonado pero le ruego que no ataque a nadie de aquí, somos familia, puede integrarse, son bienvenidos a la tribu— comentó el humano y la oveja soltó un suspiro para luego atrapar los labios de su pareja en un beso cargado de emociones de felicidad.

—Omega, no seré una carga, no lo soy, les ayudaré a cazar, puedo hacer más cosas— sugirió a lo que su pareja le sonrió.

—No lo eres mi vida, todo lo contrario, eres un buen alfa, un increíble alfa, recuerdo tu primer cortejo, ese conejo muerto con flores me aterraron pero no lo hacías con malicia, era tu forma de conquistarme en métodos de tu antigua manada— éste apretó las mejillas de su pareja totalmente enternecido, su alfa era muy tierno con él.

—¿Tienen nombres?— preguntó aquel líder de la tribu a los híbridos, ambos negaron.

—Yo le digo omega ovejita— comentó el azabache abrazando a su pareja protegiéndole.

—Y yo le digo lobito o alfa, no tenemos nombres en la naturaleza no lo usamos, ya estamos acostumbrados y pueden decirnos así.

—No tener nombre es no tener identidad en la tribu, yo les pondré un nombre a cada uno, son parte de los nuestros ahora,  ahora tienen identidad.

—No es necesario a mi y a mi omega nos gusta que nos traten como a nosotros mismos.

—Con un nombre puedes demostrar más cosas y puedes llegar a tener reconocimiento con tus acciones ya que tu nombre queda marcado en la historia de la tribu lo cual es importante para nuestras futuras generaciones.

—Oh, ya veo, ¿Que opinas alfa?— preguntó aquella oveja acariciando las peludas y largas orejas de su pareja.

—Por mi bien, ¿Y tu mi amor?