【Capítulo 0 - Prólogo】

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Sin duda, disfruto de la soledad, es el momento en donde mis ideas fluyen, como agua en un manantial, donde realmente nadie es capaz de sincronizar conmigo, permitiéndome una mayor profundización sobre mi existencia en sí.

Realmente es como si la fantasía de aquellos libros, que narran como sus protagonistas, pueden llegar a un nivel de concentración muy alto en el cual pueden olvidar todo, para conseguir aquello que necesitan de manera desesperada, y así cumplir con sus objetivos...

Aquel sentimiento es el que ando experimentando ahora mismo, acostado en mi cama boca arriba, con los ojos abiertos y extendiendo mis brazos como si pudiera alcanzar el techo de mi cuarto, sin hacer ni un ruido, simplemente callado, si alguien más me viera, se burlaría de mí, eso es muy claro.

Pero no hay nadie, ahora mismo nadie me rodea, es mi espacio, mi lugar seguro.

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Desde pequeño tuve una familia muy distante, papá dejo a mamá y me abandonó a mis cortos tres años de vida que tenía, yo no sabía qué pasaba, simplemente los veía y los escuchaba, pero no los entendía, entonces, cuando él se fue, yo no sabía que esa última mirada que le di, iba a ser la última vez en la que él, realmente desempeñaría en su totalidad, el rol de ser padre.

Mamá trabajaba hasta muy tarde, ella a medida que fui creciendo en edad, obtenía cada vez mayores propuestas de trabajo, lo único malo, es que tenía que dejarme solo durante un buen rato, ella se iba en la mañana y regresaba en la noche, en otras veces ni regresaba, sino hasta el día siguiente en la mañana, esas veces fue porque iba de viaje a una ciudad cercana, todo pagado por parte de su empresa, para que ella pueda seguir trabajando.

Mi hermano, hijo de otro papá diferente al mío, pero misma madre, en otras palabras, es mi medio hermano, pero yo le digo hermano, él no tuvo la fuerza mental ni la disciplina para seguir el camino correcto, entro en las drogas y el alcohol, no pudo aguantar y cayó en los problemas que le conlleva ese estilo de vida, sin embargo, pese a todo eso, le digo hermano, porque me trata como uno, los títulos familiares se ganan, no porque mi mamá me dio a luz, le diré mamá, según la ley es así y también la religión, pero para mí, toda aquella mujer que me críe, cuide y fomente mi desarrollo, sin ser necesariamente aquella que me dio la vida, yo le diría, mamá.

Continuando con mi hermano, él hace lo que le digo, me prepara comida, me ayuda en las labores de la casa, destacando en la comida, él es muy bueno cocinando, demasiado bueno, es un desperdicio que su don más grande, sea opacado por su falencia más grande, pero a pesar de eso, a pesar de que actualmente sigue saliéndose de casa, por no decir escapar de ella, sin saber cuando o cómo volverá, de alguna manera ya se volvió costumbre, sin embargo, eso no quita, que cuando él vuelve, hace todo lo posible para poder apoyarme una vez más.

En resumen, así es mi situación familiar, un papá que ya no es mi papá, una mamá que hace lo posible para desarrollarme como persona a pesar de la ausencia que le provoca su trabajo, y un hermano que lucha consigo mismo todos los días para no recaer en sus adicciones.

Claro, mis actitudes se ven reflejadas en lo que fue mi vida, todo mi pasado me hizo ser lo que actualmente soy, un chico muy competitivo, que le gustan los deportes, orgulloso como también muy sentimental, lloró fácilmente, soy flojo, no sé si soy inteligente, se me dan bien las cosas, no obstante, me aburró fácilmente.

Presiento que mi vida no avanza, sino que sigo estancado y lo único que se mueve es el tiempo, me siento estático y vació por dentro, mi secundaría fue así, experimente todos los sentimientos, pero yo era muy joven e inexperto, impulsivo y poco intuitivo, mucha gente se burlaba como también me apoyaban, experimenté la pasión, el gusto, el sexo, hasta sentí que me enamoré, pero, sentir amor en esa edad tan temprana de colegio... realmente catalogarlo como amor, es incorrecto.

Hasta que llegó esa época que cada estudiante debe afrontar al culminar la educación básica, la universidad.

Aquella época yo me tuve que matricular en academias de preparación para el examen de ingreso a la universidad, entre a mi primera academia y me la pasé conversando, flojeando y con poca ambición de estudiar, después fui a por otra mejor, así hasta que en una de las muchas academias por las que pasé... una mañana conocí a aquella hermosa mujer.

A la vista de los demás puede parecer alguien más, claro todos los días nosotros vemos muchas personas, distintos rasgos físicos, algunos pueden ser más grandes, otros pueden tener un tono de piel más claro como también oscuro, muchas variaciones, nadie es igual.

Por eso mismo, es que al verla, por primera vez, mi mente se apagó, yo al ver experimentado varias situaciones, demasiados sentimientos, desde muy temprana edad, sentí algo especial, difícil explicar, era algo que no podía entender.

Fue entonces que me armé de valor y tomé la iniciativa de hablarle, yo no soy de tener miedo al iniciar una conversación con alguien que no conozco, no obstante, no podía evitar sentir nervios, respiré y ya con aire en mis pulmones, cruzamos miradas y al momento de intercambiar nuestras primeras palabras...algo se movió.

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Desde ese día, algo volvió a moverse.

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Sí, desde ese día.

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El tiempo ya no era lo único que se movía.

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Mi vida también, volvió a avanzar.

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A un paso muy frenético y alocado, todo se guiaba al ritmo...

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De mi corazón.

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SEMILLITAS DE AMOR.

SEMILLITAS DE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora