【Capítulo 3 - Tiempo sin sentimientos】

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—3 meses después

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Hola.

Yo tampoco sé cómo el tiempo pasa tan rápido.

Pero pasó.

Y no fue como esperaba...

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Mi examen para el ingreso a la universidad fue un éxito y un fracaso.

No logré entrar en la universidad que yo quería, me quedé a dos puestos, con una diferencia de un punto y algunos decimales, no lloré, simplemente lo acepté, sin embargo, mi actitud era todo menos positiva.

Ese fue mi fracaso, pero... ¿Por qué también fue un éxito? Todo es gracias a mi mamá.

Ella, a ocultas, pagó para que yo rinda otro examen en otra universidad, el cual se daría el día siguiente.

No estudie esa noche, porque ese mismo día había experimentado el primer gran fracaso en mi vida, claro o sea, yo estudie, no di lo máximo, eso lo puedo reconocer, pero si di mucho de mí, dormía viendo papelotes encima de mi cama, al levantarme veía las paredes rellenas de esas enormes hojas rodeando mi cuarto, en todas partes, si alguien me hubiera visto, me diría: "estás loco".

Pero bueno, me negué a estudiar y simplemente me fui a dormir.

Al día siguiente, desanimado, desayune y me alisté. Yo recuerdo ir sin ánimos a rendir ese examen, sin nada de motivación, sin una pizca de deseo de dar un buen examen, pero, como si la vida me quisiera dar cachetadas, mis resultados en ese otro examen no solo fueron buenos, sino que acabe entre los primeros cinco puestos, siendo yo el quinto.

Sin embargo, nada de eso importaba, ya que a la única que conté sobre mi ingreso a la otra universidad, era a mi mamá, la cual me hundió por completo, porque apenas le dije, ella se molestó y me gritó.

Y así, los dos días más cruciales de mi vida acabaron, llegando nuevamente... el lunes, ese día falté, el día siguiente también, y así dejé de asistir regularmente a la academia.

Poco a poco lo iba abandonando, la vergüenza y el temor era lo que inundaba en mi mente, por el hecho de no cumplir expectativas, ese peso mental me estuvo consumiendo.

Todos sabían que no había ingresado a esa universidad, yo podría decirles también que ingrese a la otra universidad, pero no había motivos, así que me lo guardé.

Hasta que, en cierto punto, ya no iba a la academia, yo recibía mensajes de «ella» preguntándome por qué ya no asistía, yo le daba excusas, por el miedo que sentía.

Era algo inaudito, ella me gustaba, me había enamorado, pero que la persona que yo tanto quiero, sepa que fracasé... era algo infernal.

Pasó el mes, y yo seguía igual.

Pasó el segundo mes, y me sentía un poco mejor conmigo mismo, pero no sentía las fuerzas para volver a la academia, hasta que mi papá se contactó conmigo.

Curioso, es muy curioso que alguien que no es presente en tu vida, de la nada, aparece, como si estuviese siempre atento de ti, ¿Cómo mi padre sabía mi situación?

SEMILLITAS DE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora